Los componentes del equipo chino festejan el triunfo.
El oro por equipos en gimnasia artística masculina, una de las medallas más ansiadas por la delegación china en los Juegos Pekín, cuelga ya del cuello de Yang Wei y sus compañeros, que se impusieron con un mullido colchón de 7,250 puntos sobre Japón y de 10,275 con Estados Unidos. El concurso fue un tenso mano a mano entre chinos y estadounidenses, en el que los de casa fueron de menos a más y los norteamericanos, una vez superados, perdieron tensión y fueron desplazados incluso de la plata. China, tras el humillante sexto puesto de Atenas, acabó primera con 286,125 puntos, por 278,875 de Japón y 275,850 de Estados Unidos. Alemania, Corea del Sur, una apagada Rusia, Rumanía y Francia completaron por ese orden la clasificación de la final.
El estilo contenido y ultracorrecto de los chinos pudo con la explosividad de los estadounidenses, a quienes las ausencias por lesión de los gemelos Paul y Morgan Hamm les llenó de piedras el camino hacia la victoria. Chen Yinbing, que abrió la competición, se salió del tapiz en la última diagonal de suelo y al término de la primera rotación las cosas se habían puesto feas para China, con Rumanía, Francia y Estados Unidos por delante. En la final no puede descartarse ninguno de los tres ejercicios que cada país presenta por aparato y todos los errores se pagan. La segunda rotación parecía propicia para China, actuando en un caballo con arcos que domina como nadie, pero los norteamericanos en salto se mostraron muy seguros y los de casa bajaron a la quinta plaza. Francia, Estados Unidos y Rumanía estaban al frente.
Las anillas, un filón
Pero las anillas de la tercera rotación fueron un manantial de puntos para China, que adelantó en una única maniobra a Francia, Alemania y Rumanía y quedó sólo por detrás de Estados Unidos, a 825 milésimas. A China le faltaban salto, paralelas y barra y a los norteamericanos barra, suelo y caballo con arcos. Chen Yibing, Yang Wei y Li Xiaopeng, con tres saltos de manual, adelantaron por primera vez a los norteamericanos, espectaculares en la barra, con una suelta tras otra de alta dificultad pero alguna imprecisión en la ejecución, y puntuados en todo caso con cierta exigencia. En paralelas el equipo local actuó crecido, con un inmenso Li Xiaopeng que hizo vistoso un aparato en el que es difícil innovar. Mientras, los estadounidenses de desinflaron en suelo. Joey Hagerty se salió dos veces del tapiz. Jonathan Horton, como durante todo el concurso, estuvo muy por encima de sus compañeros.
China llegó a la sexta y última rotación con 5,200 puntos de ventaja sobre Estados Unidos que eran definitivos, salvo que la barra se les cayese encima. En el único aparato en el que no actuó Yang Wei -es su cruz particular-, Xiaq Qin, Li Xiaopeng y Zou Kai ni siquiera tuvieron que arriesgar en exceso. El público alternaba el silencio absoluto con los gritos enardecidos de apoyo a los suyos, y cuando Zou clavó su salida se volvió loco de alegría. Los americanos cerraron su concurso en caballo con arcos ya sin esperanza de victoria y acusaron el bajón. Fueron el peor equipo de los ocho finalistas en ese aparato y la circunstancia fue aprovechada por Japón para sobrepasarles en la barra.
Hambuechen, un portento de 17 años
Del gran cuarto puesto de Alemania hay que culpar a Fabian Hambuechen, un genio de la gimnasia que nació para la alta competición en Atenas, con 17 años, y que dispara alto en la final individual, siempre que no tenga la mala suerte de hoy. Tuvo que parar el ejercicio en su gran especialidad, la barra, pero a cambio firmó presentaciones de maestro en salto, paralelas y anillas. Rusia, el país históricamente dominador de la gimnasia olímpica, repitió el sexto puesto de Atenas. No haber mejorado de nivel en todo un ciclo olímpico es una mala noticia para el equipo, que sólo brilló en paralelas. El reciente campeonato de Europa invitaba a pensar en una medalla olímpica, pero el podio se quedó lejos.
Maxim Devyatovsky, campeón continental individual en 2007, sólo destacó en salto. Fue incluso peor que el veterano Nikolay Kriukov (casi 30 años), aunque éste hizo únicamente tres aparatos. China suma el título olímpico por equipos al de campeón del mundo que ha mantenido durante todo el ciclo. Juan Antonio Samaranch, que tanto hizo por que los Juegos fuesen a Pekín, participó en la entrega de medallas, en la que los chinos no hicieron ostentación alguna de alegría. Quizás estén esperando a acabar sus numerosos compromisos de los próximos días en las finales individuales. Mañana se repite la historia en la final femenina por equipos. China fue primera en la fase de clasificación, aunque seguida de cerca por Estados Unidos.
Fuente: el pais.com
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