El inconsciente para Freud, es una hipótesis y también el
resultado de una deducción. En “Psicopatología de la vida cotidiana” muestra
que hay algo que opera más allá de la conciencia y de lo cual la conciencia no
puede dar cuenta. Freud supone que hay inconsciente por las evidencias con las
que se encuentra, porque hay algo que irrumpe y divide al sujeto. Entre las formaciones del inconsciente están:
los lapsus, los chistes y los actos fallidos, como seres instantáneos y por
otro lado el síntoma que destaca por su permanencia.
La experiencia analítica es una experiencia de palabras. Se
trata de palabras dichas o no dichas, pero siempre de palabras que dejaron una
marca en el sujeto y que por ese motivo se traen a sesión. En este sentido
Miller dice que el sujeto ha sido marcado por el significante.
El viviente llega al mundo siendo un pedazo de carne y del
discurso del Otro toma algunos significantes. Estos significantes amos tapan el
vacío. El sujeto es tomado por los significantes del Otro, por las palabras que
le vienen del Otro. Freud dice que se ha identificado a los significantes del
Otro. Tenemos pues los S1, significantes amos que son palabras que marcan al
sujeto. Las marcas que han dejado en el sujeto esos significantes nos remiten
al discurso del inconsciente, o lo que es lo mismo para Lacan el discurso del amo.
En ese discurso aparece en el lugar del agente el S1. Tenemos pues el S1 sobre
el sujeto barrado.
El sujeto está representado por un significante amo, que es
un significante del Otro, al que se identifica. El S1 fija, identifica y captura al sujeto y le
permite decir “soy esto a los ojos del otro”. Al mismo tiempo ordena el
conjunto de significantes en relación a él. Lacan dice en el Seminario XI que
los significantes han determinado la existencia del sujeto y que hay que
localizarlos porque condicionan la existencia a largo plazo...
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20 de diciembre de 2016 10:02 (1)