El Ayuntamiento pedirá una moratoria a la Unión Europea.
La concejal dice que tendría que reducirse el tráfico a la mitad y que eso "no es posible".
Madrid ha suspendido el examen de la contaminación de 2010. El año pasado era el de la verdad. Hasta entonces, los niveles máximos que fijaba la legislación europea eran solo recomendaciones, umbrales que tenían que servir para ir reduciendo progresivamente la contaminación. Año tras año, los llamados "márgenes de tolerancia" se iban estrechando, hasta llegar al objetivo de obligado cumplimiento. En 2010 la media anual de dióxido de nitrógeno, un gas irritante de las vías respiratorias que producen principalmente los vehículos de motor, debía ser inferior a 40 microgramos por metro cúbico. Madrid, tal y como anunció ayer la concejal de Medio Ambiente, Ana Botella, registró 44. Es decir, la capital está incumpliendo la legislación europea.
Más de uno se sorprendió cuando, durante la comisión de Medio Ambiente del Ayuntamiento, Botella reconoció el incumplimiento. Era la primera vez. Hasta ahora, y pese a que Madrid ha estado superando ampliamente (en los últimos años, un 30%) los valores límite, el discurso del Ayuntamiento ha consistido en negar el problema, alegando que no se vulneraba ninguna norma. Ya no hay excusa, y por eso Botella cambió el discurso. Para amoldarse a lo que pide Bruselas habría que reducir el tráfico un 50%, aseguró. "Lo cual parece que ahora mismo no es posible"...