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Viajará a finales de enero a esta localidad situada a 2.400 metros de altitud.
El campeón de Europa de 1.500 quiere aprender la forma de vida y el tipo de entrenamiento que realizan los mejores atletas del mundo.
A 2.400 metros de altitud, en la localidad de Iten, a 25 kilómetros de Eldoret (Kenia), se respira atletismo. Esta localidad de 4.000 habitantes, situada en el corazón de Rift Valley, está considerada la capital de este deporte, el lugar en el que se han formado desde niños los mejores atletas de siempre, campeones del mundo y olímpicos que tienen ya un sitio preferente en la historia del atletismo.
A esta ciudad tiene previsto viajar el 24 de enero Arturo Casado, campeón de Europa de 1.500 metros. En una larga temporada como ésta —el Campeonato del Mundo comienza en Daegu (Corea) el 27 de agosto—, el madrileño ha decidido hacer las maletas durante un mes para entrenarse en la cuna del atletismo mundial. "Es una gran oportunidad", explica Casado, que realizará en Iten la primera concentración en altura de su carrera deportiva.
A sus 27 años, el atleta de Adidas emprende una nueva experiencia deportiva. "El año pasado me vino muy bien cambiar de aires y planificar la temporada de otra forma. Salir de la rutina te ayuda a encontrar mayor motivación y ése es una de las metas de este viaje", asegura el madrileño, que espera poder ver en las pistas a Rudisha, plusmarquista mundial de 800 metros, entre otros.
El otro objetivo es aprender los métodos de entrenamiento y la forma de vida de los atletas keniatas, conocer de primera mano su formación. "He leído mucho sobre sus sesiones de entrenamiento. Trabajan más por sensaciones y por tiempos que por distancias. Escuchar su cuerpo, sus estímulos... Creo que hay que tender a eso", afirma Casado.
El madrileño, que viajará hasta Kenia con varias compañeras de entrenamiento, tiene previsto integrarse en algún grupo de trabajo para convertirse en uno más durante el mes que pase en África. "Quiero meterme en sus ritmos diarios. Hacer tres sesiones cada jornada, a las 6.00,a las 10.00 y a las 16.00. Quiero experimentar todo eso, ver en qué consiste su superioridad, porque yo creo que viene más del entrenamiento y del estilo de vida que de la genética. Antes me faltaba comprender la base de qué factores fisiológicos te permiten correr más rápido y ahora hacer el doctorado me ha permitido estudiar estos temas", manifiesta.
Casado, que logró su mayor conquista deportiva el pasado año con la medalla de oro en los Europeos de Barcelona, admite que durante años su motivación se ha visto limitada por diversos motivos. "Las teorías genéticas me estaban limitando. Me he negado a eso, a asumir que no puedo ser campeón del mundo u olímpico. Con mi motivación y un trabajo óptimo, puedo llegar a ser igual o mejor que otros atletas. Si tú te pones los límites antes no puedes llegar a nada bueno".
La experiencia de trabajar durante un mes en altura permitirá a Casado extraer conclusiones sobre el entrenamiento y sus posibilidades de mejora. "Siempre he trabajado en Madrid, con la excepción de alguna concentración fuera, y he visto que los cambios, sobre todo los que hice el año pasado, me han venido bien. Ir a Eldoret es una gran oportunidad en mi carrera que quizás debí hacer antes", asegura el madrileño.