miércoles, 18 de noviembre de 2009

5272. Una transmisión de vida. Comentario de Ana María Crespo sobre la “novela familiar” de Milena Agus, Mal de Piedras.


Foto: Blas

Mal de Piedras, de Milena Agus



La “novela familiar” de Milena Agus: una transmisión de vida Por Ana María Crespo

Esta novela, Mal de piedras, de Milena Agus, no responde a una novela histórica, no hay aquí un autor omnisciente. No interesa la verdad o falsedad de los hechos. El lector está ante una verdad de otra clase. Tratamos con asuntos subjetivos, familiares, mínimos y privados. Es importante plantearse: “¿quién habla?”, en primer lugar, para comprender la índole del mensaje. No es la abuela, la que habla; no es la voz del pasado, ni la voz de la exacta reconstrucción histórica. Es la nieta la que habla (una voz joven, fresca, ingenua y actual), en el momento preciso en que ella va a contraer matrimonio, y se dispone además a restaurar la casa del pueblo, la casa de los abuelos, tras cuyas paredes la nieta encuentra la carta-respuesta del Veterano. Una casa que llevaba vacía diez años, aunque nunca había estado vacía del todo, porque siempre habían acudido a ella, por “amor”. Segunda reconstrucción histórica, después de la que llevaron a cabo los abuelos, tras la segunda guerra mundial. Y tercera generación, la de la nieta: la generación de la “verdad”. Es ahora cuando la carta llega a su destino. ¿De qué habla esta carta? ¿Qué transmisión de vida porta su mensaje?

Hay aquí una sabiduría de transmisión de la feminidad, una coherencia entre las generaciones, un relevo generacional, y una reparación subjetiva. Aquella transmisión de vida y de amor de la que careció la abuela (porque mirar y sonreír a un chico, porque escribir cartas o poemas de amor en su infancia y juventud extremadamente precarias equivalía a estar loca y endemoniada, azotada por su propia madre), queda reparada en la nieta, deslumbrada por la figura de esta abuela, transmisora al cabo de pasiones y fantasías legítimas, en un mundo más grande y más bueno. La nieta siente que haciendo el amor con su novio en la casa de su abuela, conseguirán amarse para siempre. La casa de la abuela es la casa del amor, el puchero siempre al fuego, la música de piano siempre presta a sonar, y ella misma, la nieta, de niña, siempre llena de cuentos y dibujos que regalar a sus mayores, en agradecimiento.

El estatuto de esta historia no es entonces el de la “verdad histórica”, sino el de la “novela familiar” (del neurótico, si se quiere), en el sentido más freudiano. Se trata de la novela familiar de la nieta, idealizada, fantaseada acaso, a partir de cosas vistas y oídas, pero verdadera en otro sentido. En el sentido de la transmisión generacional, que habla de vida, de amor, de muerte, y de reparación. ¿De qué se trata si no en toda novela familiar?

¿Y de qué habla esta novela familiar? Estamos ante un mundo familiar destruido por la segunda guerra mundial y sus consecuencias subjetivas a lo largo de al menos tres generaciones. Y no solo eso. Estamos ante un mundo rural, marítimo y ancestral, en el que una mujer no tiene derecho a la sensualidad ni a la libre elección de nada en absoluto, ya se trate del hombre, de la escritura, de los viajes, de la profesión o de lo que sea. Hay a lo largo de toda la novela un verdadero trastorno de filiación, el que ha traído la guerra, desde luego, pero no solo, está también simplemente esa ancestral condición femenina. Nadie sabe muy bien aquí de quién es hijo: el de la abuela parece ser del Veterano (hasta la revelación final); la hija del Veterano no es suya sino de un partisano, o, tal vez, más probablemente de un alemán; la madre de la misma nieta que escribe la novela es hija de madre soltera (su padre estaba casado con una mujer que no podía darle hijos y acaba por tirarse a un pozo)

Pues bien, esta precariedad, este trastorno de la filiación, este horror histórico, este rigor y esta locura de la realidad, no recubre toda la realidad, no la ha recubierto nunca, en ninguna época del hombre.

La novela parece querer decirnos que el enigma de la vida se las arregla siempre para transmitir su misterio y sus leyes por otros vericuetos. Las mujeres se arreglan en la pobreza, se juegan la vida por tener un pastel de cumpleaños, las vecinas se divierten juntas mientras friegan los platos. Sabiduría recóndita de las mujeres. Sabiduría que se transmite. Ellas saben cómo consentir a sus hombres llegado el caso, aunque solo sea por ahorrarse el dinero (ah, pero no solo, él estaba casi atractivo cuando sacó por primera vez su pipa, y el dinero también era para que él siguiera comprándose el tabaco y fumándose su pipa por las noches delante de ella), y saben guardarse sus sueños para sí mismas, llegado también el caso. Ambas cosas igualmente audaces y legítimas.

Esta novela no es meramente una novela de inverosímiles fantasmas sexuales, entre la puta y la madre. Es una transmisión recóndita de vida, estrictamente femenina, humilde, sencilla. Eterna, universal.

Volviendo a la cuestión de esta carta que llega a su destino al final de la novela en manos de la nieta, quisiera decir que no se trata solo de un juego literario o de un agradable efecto sorpresa. Dice mucho más, y recodifica retroactivamente todo el mensaje. Finalmente, hubo más amor en la realidad de lo que parecía, y menos amor en la fantasía de lo que también parecía. Es a partir de este juego de apariencias y realidades, de esta “verdad” y de esta sabiduría tal vez involuntariamente trasmitida por la abuela a la nieta, que la historia se escribe. La nieta lo dice: tal vez Veterano no quiso tanto Abuela; tal vez Abuela hubiera querido “querer” al abuelo, y, en este sentido, tal vez lo quiso. Para todo el resto, y para todo lo principal que siempre falta, queda la música y la literatura. Pura y hermosa pérdida.

Ana María Crespo

Fuente: http://liter-a-tulia.blogspot.com/

ENLACES:

5267. De la naturaleza del amor. Comentario de María José Martínez Sánchez sobre la novela Mal de Piedras de Milena Agus.

5266. Tertulia Liter-a-tulia (Literatura y Psicoanálisis). Comentario de Mónica Unterberger sobre el libro Mal de Piedras, de Milena Agus.

5248. El viernes, día 13 de noviembre de 2009, Liter-a-tulia se reúne para comentar el libro Mal de Piedras, de Milena Agus, a las 6 de la tarde.

martes, 17 de noviembre de 2009

5271. Lorena Laz corre sin parar. La velocista del Cueva de Nerja-UMA es la vigente Campeona de España sub´20 de 400 metros.


Lorena comenzó a correr a los ocho años y su patrón a seguir es Marta Domínguez.
Foto: L.O. (laopiniondemalaga.es)

Su objetivo es conseguir el oro en el Nacional absoluto. La gaditana afincada en Málaga necesitó 56.69 segundos y batió su marca personal.



ISABEL LÓPEZ. MÁLAGA
Que hay gente que nace con un don no es ningún secreto. La velocista Lorena Laz, a sus 19 años, es una prueba de esto. Pertenece al Club Cueva de Nerja-UMA y el pasado verano consiguió la medalla de oro en el Campeonato de España sub 20 celebrado en Calviá (Mallorca). Para recorrer los 400 metros tan sólo necesitó 56.69 segundos, con lo que logró mejorar incluso su marca personal. Todo un éxito.
A esta gaditana nacida en Rota y afincada en Málaga le pilló por sorpresa su victoria. "No esperaba ganar el oro. Dos meses antes no me salían muy bien las cosas", aseguró la velocista.
Pese a todo, logró correr en la fase clasificatoria marcando un registro de 58.35. Esto le abrió las puertas de la final donde se impuso con claridad y contundencia a María Andrés y Leyre de la Rúa, sus dos rivales más complicadas. Con su primer puesto, el Club Cueva de Nerja-UMA conseguía hacerse también con el título de campeón de España.
Pero los éxitos no vienen porque sí. Lorena, desde hace ocho años, lleva una vida de sacrificio y dedicación para el atletismo. Comenzó cuando tenía once años. "En ese momento no sabía ni que existía este deporte, pero todos me decían que corría un montón", comenta ella.
Su patrón a seguir es Marta Domínguez. Ha soñado con ser una atleta profesional de la categoría de esta corredora. Para ello se entrena durante hora y media cinco o seis días a la semana. El mayor sacrificio en su camino hacia el atletismo profesional es tener que ejercitarse en verano y en las fiestas. Sin embargo, Lorena lucha por alcanzar un puesto entre los grandes de este deporte.
Su próximo reto será en los 200 metros, la prueba que más le satisface, y espera conseguir el oro en el Nacional absoluto y poder participar, en la misma distancia, en el Mundial. Su ilusión es seguir vistiendo la camiseta de la selección como en los Campeonatos del Mundo de 2008 Rabat (Marruecos) y 2009 en Madrid.
Lorena, pese a su juventud, presenta un currículum con éxitos en la categoría infantil, cadete, juvenil y júnior. Pero lo importante de esta joven corredora es su futuro, ya que es una atleta que no da pasos en falso.

Fuente: laopiniondemalaga.es


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