Dania Dévora
Foto: Bernardo Pérez (http://www.elpais.com)
Viene con la fruta ya tomada de casa, "para empezar a funcionar". En realidad, se hace difícil imaginar quieta a Dania Dévora, siquiera por un momento. Esta grancanaria de 54 años lleva tres lustros dirigiendo para España y Portugal el Womad, el festival de músicas étnicas promovido por Peter Gabriel, y le echa tanta pasión que confiesa: "Pagaría por seguir haciendo este trabajo; espero que en la organización no se enteren".
La gestora musical sólo pide esto a los políticos: media hora al día para la cultura
Es torrencial en todo. En la conversación, en el trabajo, en la vida. Desde que se quedó huérfana, a los 14 años, ejerce de curranta con arrestos. Hoy ha elegido el Círculo porque le encanta el trasiego de primera hora en la calle de Alcalá y le recuerda sus primeras fiestas de carnaval en Madrid. Nada que ver con las de Las Palmas, pero ella es una abonada al carpe díem.
El café, largo; el tentempié, de queso curado. La energía sólo se transforma, y ella invierte mucha. Su cintura le ha permitido lidiar con presuntos ogros como Van Morrison -al que colocó en la playa del Inglés ante 15.000 espectadores enfervorizados- o Elvis Costello, que visitó por primera vez Las Palmas a finales de junio. Le tenía preparada una cena exquisita con vistas a la playa de Las Canteras, pero el de Liverpool optó por encerrarse en su habitación para ver la final de la Eurocopa y pedir perritos calientes a destajo.
"Morrison también tiene un puntito de ternura. Se compró un barquito de souvenir y me contó que lo había colocado en el mueble del televisor", desvela. Con Peter Gabriel habla de trabajo, de música... y de vino, sobre todo australiano. También le guarda simpatía a Kofi Annan, el que fuera secretario general de la ONU, desde que organiza conciertos en la sede central de Nueva York. "Aquello era como estar en el telediario", bromea, "pero cuando vi a Kofi moviendo la pierna al ritmo de Vicente Amigo supe que todo iba bien".
Ha convertido el Womad en una cita anhelada en los calendarios de Cáceres y Las Palmas. La inminente cita grancanaria, desde hoy hasta el domingo, permitirá disfrutar al aire libre de artistas como Femi Kuti o Tony Allen. "Los músicos étnicos enseñan muchas lecciones de convivencia", anota con la mirada absorta en el ajetreo humano de la calle. En diciembre pondrá en marcha un nuevo Womad, esta vez en Abu Dhabi, capital de los Emiratos Árabes. Sólo le queda la espinita de que su festival no haya cuajado en Madrid, tras una edición (2005) que recibió menos público del previsto. "No supimos transmitir bien la idea, pero no desisto. El espíritu mestizo de Womad encaja muy bien con la ciudad, y Alicia Moreno [concejal de las Artes] comparte esa idea".
Ah, los políticos. La concejal, hija de Núria Espert, se escapa del arquetipo, pero... "En realidad, es difícil encontrar un político dispuesto a dedicarle media hora diaria, no pediré más, a la política cultural", se lamenta Dévora. "Con ellos nunca hablas ni de música ni de cultura, sino sólo de repercursión. Es frustrante".
El segundo café se le enfría clamorosamente, pero su discurso sigue en ebullición. Se ríe al explicar la convivencia de una sureña como ella con los gerifaltes británicos del Womad. "Al principio eran muy rígidos. Ahora tengo al 90% de los directivos en clases de español". Y el eco de su risa llega casi hasta la Puerta de Alcalá.