lunes, 29 de septiembre de 2008

1853. Japón: Rossi engrandece su leyenda. El italiano gana en Motegi, la casa de Honda, y recupera el título de MotoGP a falta de tres carreras.


Valentino Rossi mira atrás- EFE

Le ha costado horrores, pero él es educado y pidió disculpas por haber tardado más de la cuenta. "Perdonar el retraso", ironizaba la camiseta que Valentino Rossi (Urbino, 1979) se enfundó en Motegi y que conmemoraba la consecución de su sexto título mundial de MotoGP y el octavo que acumula desde que debutó en 125cc (1996) como piloto profesional. Tras perder la hegemonía frente a Nicky Hayden en 2006, el mejor embajador de la historia del motociclismo ha recuperado la corona. El mundo motero coincide en que se trata de la mejor noticia que podía recibir un deporte tan especial, en el que por obra de Rossi el protagonismo de las máquinas se mide de frente al carisma de un genio. Con el trofeo, el italiano engrandece aún más su leyenda porque vuelve a proclamarse campeón tras haber capitulado los dos últimos años, algo que sólo había logrado su compatriota Giacomo Agostini. En caso de que el corredor de Tavullia no llegue a igualar los ocho mundiales de Ago en la categoría pesada, las circunstancias en las que compite ya le sitúan en un plano superior.

Rossi es el motociclista que más triunfos ha conseguido en la máxima categoría (70). Es el único que se corona en tres categorías [500cc, MotoGP de 990cc y MotoGP de 800cc] y cuatro motos distintas [la Honda de quinientos y la MotoGP de 990cc, y las Yamaha de MotoGP de 990cc y 800cc]. Si antes del gatillazo nadie se atrevía a limitar su talento, mucho menos ahora que ha recuperado el trono y que lo ha hecho de forma estrepitosa: con una victoria sin remedio, la quinta consecutiva y la octava del curso, tres carreras antes del final y por delante de Stoner y Pedrosa, sus dos principales oponentes. Le valía con terminar en el podio, pero Rossi no es de los que amarra.

Pocas cosas podían hacerle más feliz que cantar el alirón en Motegi. El circuito japonés es propiedad de Honda, la fábrica que le dio entrada a MotoGP y que después le menospreció. Desde allí se aseguraba que los éxitos que iban acumulando juntos se debían, por encima de todo, a las excelencias de la moto que los ingenieros japoneses, tan eficientes y formales ellos, ponían a disposición de su empleado más extravagante y disparatado. Ahora, años después de abrirle la puerta de atrás y ponérselo fácil para fichar por Yamaha, le tentaron para que volviera, y él se dio el gustazo de darles con la puerta en las narices antes de renovar hasta finales de 2010 con la marca de los diapasones. Más allá del pastizal que le pagan, Yamaha se rinde ante él desde que en 2004 le devolviera el cetro de MotoGP, doce años después del logrado por Wayne Rainey.

El bloque que forman Rossi y su M1 es inalcanzable. A ello ha contribuido sobre todo la decisión que el italiano tomó a finales del ejercicio pasado, cuando se aseguró los neumáticos Bridgestone para este campeonato. Con un buen motor, rápido y fiable; un chasis de lo más manejable y unos neumáticos que se agarran al cemento, el corredor de las mil sonrisas se ha visto flamenco. Se maneja igual de bien cuando circula a toda mecha en la moto que cuando se baja. El hombre de las frenadas y los adelantamientos imposibles es también la referencia perfecta para ingenieros, mecánicos y técnicos, que atienden a sus diagnósticos como si trataran con un psicoanalista. Él solito fijó los males de la M1 de 2007, y a base de reuniones, algún grito y muchos kilómetros, la ha convertido en un torpedo.

Un año después de que Stoner se consagrara, la Ducati no parece tan rápida. El cambio es obra y gracia de Rossi, que, mientras engrandece su leyenda, mira a sus rivales a los ojos y les hace saber que, a pesar de tener 29 años, aún se divierte en la moto. Una suerte para todos.

1852. Hipocresía e inmigración. No he escuchado a nadie cuestionar a la nigeriana Josephine Onya, los cubanos Luis Felipe Méliz y Frank Casañas...


Antonio Morales Méndez

lunes, 29 de septiembre de 2008
Hace unas semanas escribí un artículo de opinión, que vio la luz en este medio, en el que hacía una reflexión sobre la inmigración y la integración, a través del deporte, de algunos de los jóvenes acogidos en el Centro de Menores habilitado por el Gobierno canario en Agüimes. El aluvión de críticas e insultos vertidos por opiniones anónimas en los medios digitales fue significativo; me imagino que lo mismo pasará ahora. No me cabe la menor duda de que el mensaje xenófobo y racista de algunos partidos políticos -el más visible es el del PP- y algunos medios de comunicación, ha calado profundamente en un sector importante de nuestra sociedad.


Para Andreu Casero, profesor de Comunicación Audiovisual de la Universidad Jaume I, el fenómeno de la inmigración es una fuente diaria y llamativa de información. La tendencia de los medios de comunicación españoles es presentarla como un grave problema y se establece siempre en su tratamiento una clara distinción entre "nosotros ", los que estamos aquí y "ellos ", los que vienen.

Para la mayoría de los informadores, los inmigrantes "se multiplican", "vienen en avalanchas" o " se extienden como una mancha de aceite", cuando no "nos invaden ". Para el profesor Casero existe una tendencia brutal a la generalización negativa.

La utilización electoral de la inmigración por muchos partidos políticos es notoria. Algunos, como el PP, insisten una y otra vez en la criminalización de este fenómeno. Para que no quepan dudas, recuerden las últimas declaraciones de Rajoy acusando al Gobierno de pagar el subsidio de desempleo a los inmigrantes, en confrontación con la quiebra del empleo que se produce en estos momentos en nuestro país.

Todo esto no hace más que incidir en un creciente sentimiento de intolerancia y discriminación, que incluso ha llegado a presionar al ministro Corbacho, hasta el punto de llevarle a realizar recientemente unas duras declaraciones en torno al fenómeno del paro -después censuradas por la vicepresidenta Fernández de la Vega- intentando contentar a un sector de la población que las encuestas consideran cada vez más amplio.

Así se suceden, día tras día, opiniones y manifestaciones públicas que señalan a la inmigración como la causante del gasto público del Estado; de las largas listas de espera y de la masificación y colapso de las urgencias. Lo mismo sucede si hablamos de delincuencia e inseguridad o si faltan plazas escolares en algunos centros... Todos los males de nuestra sociedad son para algunos, desde la ignorancia o desde la utilización perversa, efectos negativos de la inmigración.

Pero esto no siempre es así. Para los más racistas y xenófobos, para muchos medios de comunicación, para algunos partidos políticos, todo cambia si se trata de inmigrantes olímpicos, campeones y ganadores de medallas.

No he visto a nadie protestar porque entre nuestros olímpicos de Pekín se encontraran diecisiete deportistas de distintos orígenes extranjeros. No he escuchado a nadie cuestionar a la nigeriana Josephine Onya, los cubanos Luis Felipe Méliz y Frank Casañas, el ecuatoriano Jackson Quiñónez o el etíope Alemen Bezabeh, etc., todos ellos integrantes del equipo español en el que trabajan cada día por conseguir triunfos para España.

Y lo mismo ha sucedido con nuestros paralimpicos. No he escuchado a nadie cuestionar la españolidad y la capacidad de sacrificio para defender los colores de España, a pesar de su origen extranjero e inmigrante, de deportistas como la guineana Eva Ngui Nchama, el marroquí Abderaman Ait Khamouch, que logró el segundo puesto y medalla de plata en los 1.500 metros seis años después de que entrara en este país en una patera huyendo de la miseria o el canario-saharaui, Enhamed Mohamed Yhadin, que consiguió cuatro medallas de oro y fue designado como abanderado nacional para el desfile de la clausura de los Juegos Paralímpicos, llenando primeras páginas y titulares pletóricos de orgullo patriota.

Para los partidos políticos y los medios de comunicación, estos chicos eran, con gran entusiasmo y emoción, catalanes o canarios defendiendo los colores de España. Sin dudas y sin cuestionamientos. Lo que no sucede con los que limpian los retretes, una tarea que nosotros rechazamos; o con los que trabajan en los invernaderos, un oficio que nosotros despreciamos, o con aquellos que cuidan a nuestros mayores para liberarnos, o con aquellas que llenan el 95% de nuestros burdeles para satisfacción de muchos "machitos" españoles que utilizan sus servicios sin escrúpulos y a plena satisfacción.

Pura hipocresía, como la que parece desprenderse de unas manifestaciones recientes de Sarkozy entonando un "mea culpa" sobre la situación de miseria, pobreza y hambre en África. Pura hipocresía.

Antonio Morales Méndez

Alcalde de Agüimes

Fuente: canarias 24horas.com

ENLACES:

1851. Luis Seguí Sentagne, publica su libro: “España ante el desafío multicultural”. Prólogo de José María Ridao.

1840. El próximo 10 de Octubre de 2008, a las 18 h. comienza su andadura Liter-a-tulia. Con la lectura de Chesil Beach, del autor irlandés Ian McEwan.

1823. Conferencia de Juan Pundik en la Biblioteca del Campo Freudiano en Bilbao. “La hiperactividad: una vida medicada”

820. ENTREVISTA A GUSTAVO DESSAL : PSICOANALISTA. ´La ciencia se desentiende del efecto de sus hallazgos en la mente de las personas´