lunes, 29 de septiembre de 2008

1852. Hipocresía e inmigración. No he escuchado a nadie cuestionar a la nigeriana Josephine Onya, los cubanos Luis Felipe Méliz y Frank Casañas...


Antonio Morales Méndez

lunes, 29 de septiembre de 2008
Hace unas semanas escribí un artículo de opinión, que vio la luz en este medio, en el que hacía una reflexión sobre la inmigración y la integración, a través del deporte, de algunos de los jóvenes acogidos en el Centro de Menores habilitado por el Gobierno canario en Agüimes. El aluvión de críticas e insultos vertidos por opiniones anónimas en los medios digitales fue significativo; me imagino que lo mismo pasará ahora. No me cabe la menor duda de que el mensaje xenófobo y racista de algunos partidos políticos -el más visible es el del PP- y algunos medios de comunicación, ha calado profundamente en un sector importante de nuestra sociedad.


Para Andreu Casero, profesor de Comunicación Audiovisual de la Universidad Jaume I, el fenómeno de la inmigración es una fuente diaria y llamativa de información. La tendencia de los medios de comunicación españoles es presentarla como un grave problema y se establece siempre en su tratamiento una clara distinción entre "nosotros ", los que estamos aquí y "ellos ", los que vienen.

Para la mayoría de los informadores, los inmigrantes "se multiplican", "vienen en avalanchas" o " se extienden como una mancha de aceite", cuando no "nos invaden ". Para el profesor Casero existe una tendencia brutal a la generalización negativa.

La utilización electoral de la inmigración por muchos partidos políticos es notoria. Algunos, como el PP, insisten una y otra vez en la criminalización de este fenómeno. Para que no quepan dudas, recuerden las últimas declaraciones de Rajoy acusando al Gobierno de pagar el subsidio de desempleo a los inmigrantes, en confrontación con la quiebra del empleo que se produce en estos momentos en nuestro país.

Todo esto no hace más que incidir en un creciente sentimiento de intolerancia y discriminación, que incluso ha llegado a presionar al ministro Corbacho, hasta el punto de llevarle a realizar recientemente unas duras declaraciones en torno al fenómeno del paro -después censuradas por la vicepresidenta Fernández de la Vega- intentando contentar a un sector de la población que las encuestas consideran cada vez más amplio.

Así se suceden, día tras día, opiniones y manifestaciones públicas que señalan a la inmigración como la causante del gasto público del Estado; de las largas listas de espera y de la masificación y colapso de las urgencias. Lo mismo sucede si hablamos de delincuencia e inseguridad o si faltan plazas escolares en algunos centros... Todos los males de nuestra sociedad son para algunos, desde la ignorancia o desde la utilización perversa, efectos negativos de la inmigración.

Pero esto no siempre es así. Para los más racistas y xenófobos, para muchos medios de comunicación, para algunos partidos políticos, todo cambia si se trata de inmigrantes olímpicos, campeones y ganadores de medallas.

No he visto a nadie protestar porque entre nuestros olímpicos de Pekín se encontraran diecisiete deportistas de distintos orígenes extranjeros. No he escuchado a nadie cuestionar a la nigeriana Josephine Onya, los cubanos Luis Felipe Méliz y Frank Casañas, el ecuatoriano Jackson Quiñónez o el etíope Alemen Bezabeh, etc., todos ellos integrantes del equipo español en el que trabajan cada día por conseguir triunfos para España.

Y lo mismo ha sucedido con nuestros paralimpicos. No he escuchado a nadie cuestionar la españolidad y la capacidad de sacrificio para defender los colores de España, a pesar de su origen extranjero e inmigrante, de deportistas como la guineana Eva Ngui Nchama, el marroquí Abderaman Ait Khamouch, que logró el segundo puesto y medalla de plata en los 1.500 metros seis años después de que entrara en este país en una patera huyendo de la miseria o el canario-saharaui, Enhamed Mohamed Yhadin, que consiguió cuatro medallas de oro y fue designado como abanderado nacional para el desfile de la clausura de los Juegos Paralímpicos, llenando primeras páginas y titulares pletóricos de orgullo patriota.

Para los partidos políticos y los medios de comunicación, estos chicos eran, con gran entusiasmo y emoción, catalanes o canarios defendiendo los colores de España. Sin dudas y sin cuestionamientos. Lo que no sucede con los que limpian los retretes, una tarea que nosotros rechazamos; o con los que trabajan en los invernaderos, un oficio que nosotros despreciamos, o con aquellos que cuidan a nuestros mayores para liberarnos, o con aquellas que llenan el 95% de nuestros burdeles para satisfacción de muchos "machitos" españoles que utilizan sus servicios sin escrúpulos y a plena satisfacción.

Pura hipocresía, como la que parece desprenderse de unas manifestaciones recientes de Sarkozy entonando un "mea culpa" sobre la situación de miseria, pobreza y hambre en África. Pura hipocresía.

Antonio Morales Méndez

Alcalde de Agüimes

Fuente: canarias 24horas.com

ENLACES:

1851. Luis Seguí Sentagne, publica su libro: “España ante el desafío multicultural”. Prólogo de José María Ridao.

1840. El próximo 10 de Octubre de 2008, a las 18 h. comienza su andadura Liter-a-tulia. Con la lectura de Chesil Beach, del autor irlandés Ian McEwan.

1823. Conferencia de Juan Pundik en la Biblioteca del Campo Freudiano en Bilbao. “La hiperactividad: una vida medicada”

820. ENTREVISTA A GUSTAVO DESSAL : PSICOANALISTA. ´La ciencia se desentiende del efecto de sus hallazgos en la mente de las personas´


1848. HERRI KIROLAK. Aimar Irigoien demostró ante Izeta que ya no es un niño. El joven errezildarra realizó 115 alzadas y aventajó en siete al de Aia


Aimar Irigoien

El joven errezildarra realizó 115 alzadas y aventajó en siete al de Aia en una apuesta histórica. La plaza de toros de Tolosa estaba casi llena con 3.500 espectadores.
DV. Aimar Irigoien tiene todavía 22 años y ayer en Tolosa venció en la apuesta del siglo, pero para llegar a la cima ha tenido que sufrir mucho y ya ha recibido algún que otro duro golpe, en forma de lesiones y fallecimiento de su padre en diciembre de 2005, que le ha hecho madurar quizás antes de tiempo. Su dedicatoria -«esta victoria es para mi padre»- reflejó un sentimiento y un sufrimiento profundo que recordaba cuando Aimar tenía apenas 19 años. Fue un golpe demasiado duro ya que su padre, Joxe Mari, lo era todo para él e incluso hubo quien dudaba de que sin su padre al lado pudiera enderezar su carrera deportiva de forma adecuada.
El de Errezil no sólo ha cogido una buena senda sino que ha encontrado una cuadrilla ejemplar que le ha llevado a conseguir cotas imposibles de imaginar para un chaval de 22 años en un deporte tan exigente como el levantamiento de piedras.
Con cuatro años entró en nuestras casas gracias a un programa de ETB1 en el que levantó un tronco de 20 kilos. La carrera deportiva de Aimar la hemos seguido de la misma forma que vivimos el crecimiento de un hijo desde que nace, hasta que se hace maduro pasando por las distintas etapas de la pubertad y la adolescencia.
Con 12 años le vimos levantar la rectangular de 100 kilos, con 13 años la de 150 kilos, con 14 años la de 175 kilos con dos manos y la de 150 con una mano (dos veces en cinco minutos). Con 15 años pudo con la rectangular de 200 kilos y a la misma piedra que utilizó ayer, la cúbica de 137,5 kilos, le dio siete alzadas en cinco minutos. Con 16 años levantó la rectangular de 227 kilos con las dos manos y la rectangular de 177,5 kilos con una sola mano. Cuatro alzadas en diez minutos a la Albizuri Aundi de Amezketa (166,5 kilos, piedra irregular) y nueve alzadas a la bola de 150 kilos en cinco minutos.
En 2003 y 2004 dos inoportunas lesiones impidieron los habituales intentos de mejora de marca que acostumbraba a acometer en vísperas de su cumpleaños (5 de marzo), pero superada la lesión, con 18 años, igualó la piedra de 213 kilos con una mano. En los campeonatos de Kintopekos no tenía rival e incluso hizo segundo en el Campeonato de Euskadi de piedras grandes en 2004 y tercero en 2005.
Un salto más a la cima
Esos años dio otro salto más y comenzó a participar en los campeonatos de piedras pequeñas con todo lo que significa combinar las grandes con las menores. No conforme con ello, en 2006 se proclamó en el campeón de Euskadi de piedras grandes más joven de la historia y el año pasado hizo doblete. También estableció grandes marcas en esos campeonatos y al cubo de 152 kilos le dio 17 alzadas en tres minutos superando una mejor marca de Goenatxo II.
Todos esos logros eran estratosféricos, pero hasta ayer muchos dudaban su capacidad de sacrificio y su fondo físico. Las palabras de Izeta II al terminar la apuesta dieron la bendición al joven harrijasotzaile de Errezil. «El harrijasotzaile de verdad se demuestra en un trabajo largo de este tipo y hoy Aimar ha demostrado que también puede con ello». Toda una declaración de principios. El chico al que le hemos visto crecer desde que tenía cuatro años se hizo ayer un hombre maduro, hecho y derecho.
Los cinco meses de dura preparación que ha tenido que sobrellevar despejaron todas las dudas. Aimar demostró que también posee esas cualidades -capacidad de sufrimiento, sacrifico y fondo físico-, fundamentales para consagrarse. Irigoien está llamado a marcar no sólo una época, sino que en sus músculos, en sus fibras, en su corazón y en su cabeza tiene la capacidad para convertirse en el harrijasotzaile más grande de todos los tiempos, con permiso siempre de Agustín Ostolaza.
La apuesta y el examen de ayer, tres tandas de diez minutos con el cubo de once arrobas ante un gran campeón como Joxerramon Iruretagoiena, Izeta II, no es cualquier cosa. Y no sólo aprobó sino que sacó un sobresaliente.
Buen Izeta II
Aimar Irigoien tuvo que emplearse a fondo para ganar. El sorteo deparó que el de Errezil tenía que competir en primera posición. Izeta II eligió ser segundo. El a la postre ganador enseñó primero sus cartas. Su secuencia era de dos alzadas, veinte segundos de descanso, otras dos, veinte segundos de descanso, dos más, veinte segundos de descanso, y un levantamiento para sumar siete en un minuto y 33 segundos. Así hasta el minuto nueve, cuando realizaba dos tandas de tres alzadas con 25 segundos descanso entre las dos para sumar un total de 38.
La forma de levantar de Izeta II en cambio era diferente. Iba una a una y entre alzadas y alzada descansaba 14-15 segundos. En el último minuto, casi sin descanso, realizaba seis alzadas seguidas y también sumaba 38. Las dos primeras tandas de diez minutos de ambos fueron calcadas, para sumar 76, tras veinte minutos de trabajo. Pero parecía que Izeta II acumulaba más cansanco y se exprimía algo más, La sensación se confirmó en la tercera y definitiva tanda.
Aimar Irigoien siguió a lo suyo y con la misma táctica aguantó muy bien los ritmos. El cansancio se le acumulaba, pero le hizo frente. En el último minuto exprimiéndose al máximo logró una alzada más, 39, que le dieron un total de 115.
Izeta II necesitaba 40 para ganar. En caso de empate Irigoien era el ganador por salir primero. Era una misión casi imposible y se confirmó en la cuarta alzada. Bajó su ritmo y su ilusión de victoria de desvaneció. Aguantó bien el tipo y consiguió 32 alzadas para 108. Un intento nulo le privó de las 109. No se le puede pedir más, lo dio todo y la apuesta mantuvo su emocion hasta el final.

Fuente: diariovasco.com

ENLACES:

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