LORENZO DORTA | SANTA CRUZ DE TENERIFE - ¿Cómo anda de ánimos Mario Pestano en estos momentos?
- Pues si dijera que bien mentiría. Digamos que estoy atravensando por un proceso mental complicado en el que trato de asumir lo que ha venido e intento sacar conclusiones de todo. En cualquier caso, ya hemos empezado a trabajar en ello y mantengo la ilusión y las ganas de seguir adelante.
- Entonces no ha conseguido aún olvidar el mal trago de estos pasados Juegos Olímpicos...
- No puedo ni quiero borrar de mi mente lo que me sucedió en Pekín. Sin duda, ha sido un año de mucho sacrificio y trabajo no sólo mío sino de todo mi equipo y por ello el palo que recibí fue inmenso. Sin embargo, no es conveniente pasar página tan rápido, ya que esto nos hace sacar conclusiones que me pueden ayudar a no cometer de nuevo esta metedura de pata.
- ¿Cómo describiría la sensación que experimentó en el instante que se vio fuera de la mejora en su concurso?
- Decepción. Fue algo como... ´ya se fue... todo lo que he hecho para esto´. Te sientes fatal. Es que además fue muy cruel, porque a pesar de que no tenía el día me quedé a un solo centímetro de clasificarme. Está claro que no estuve a la altura y que aquello no estaba para mí.
- ¿Cree que de lograr entrar en la ronda final de lanzamientos el desenlace hubiera sido diferente?
- Por supuesto que sí. Estoy convencido de que en la mejora me hubiera soltado y la presión habría sido considerablemente menor.
- Sea sincero. ¿No sintió envidia sana al ver que Frank Casañas sí dio la talla?
- No, en absoluto. Todo lo que él haga bien es motivo de alegría para mí y él lo sabe. Ni siquiera pensé en que él sí lo había logrado y yo no.
- Transcurridas dos semanas desde la competición, ¿qué explicación ha encontrado a lo que le ocurrió?
- Yo iba bien, con muchas ganas e ilusión, pero todo se me viró en contra. Cuando quieres estar ahí y sabes lo que significa una medalla, la presión te puede jugar una mala pasada y eso es lo que ocurrió. Hay que tener en cuenta que una medalla olímpica lo es todo para un atleta, a diferencia de lo que puede significar para deportistas como Nadal o Gasol. Yo siempre me tengo que buscar el pan para el siguiente año y por eso una medalla casi me soluciona la vida.
- Estará de acuerdo en que todo apuntaba a que esta vez no se le podía escapar el éxito...
- Claro. La forma en la que llegué al Nacional de Tenerife y la trayectoria regular que había llevado hizo que crecieran las expectativas. Sin embargo, en nuestra disciplina te juegas todo en tres segundos y por ello la presión que tienes que combatir es muy grande, máxime en una cita que sólo se da cada cuatro años.
- Ya no necesitará más pruebas que confirmen que se trata de una cuestión exclusivamente psicológica...
- ¿Psicológica? No sé, es básicamente una parálisis general. Cuando llega el momento te paralizas y no sabes por qué. Te pasa todo muy rápido: lanzas y en seguida es como si te dijeran recoge las maletas y márchate a casa.
-¿Ha tenido tiempo ya de convenir con su equipo cómo van a solucionar ese bloqueo que sufre en las grandes citas?
- El problema es que esto no es una ciencia exacta. En realidad, estamos trabajando en ello, recopilando información y trantando de formar conclusiones. Habrá que llevar a cabo un entrenamiento mental mayor, aunque hay que tener cuidado con no olvidarse del trabajo físico y técnico.
- Me consta que usted ha venido trabajando con una psicóloga de la Federación Española desde hace tiempo, no debía haberse avanzado ya en este aspecto?
- Ahora tengo mi propia psicóloga, con la cual estoy muy contento. Es evidente que hemos prosperado pero se trata de algo muy difícil de trabajar. Todo son situaciones distintas y aunque sí trabajamos bastante en este sentido, creo que soy yo el que debe madurar y curtirse más todavía.
-¿Consuela que el atletismo español en su conjunto también haya fallado en Pekín?
- Para nada. Sólo me reafirma más en mi convicción de que los atletas españoles tenemos mucha presión porque nos estamos jugando continuamente nuestro futuro. Económicamente no se nos compensa como merecemos. A mí me gustaría lanzar un día sin tener que jugarme tanto. Y prefiero no seguir hablando de las necesidades de los atletas en este país.
- ¿No ha sacado nada positivo de todo esto?
- Sí. Te haces más fuerte, te da más ganas de seguir trabajando y confirma que hay mucha gente que te apoya y anima a seguir adelante.
- ¿Y sus vacaciones para cuándo?
- Ahora sólo me queda la final del Circuito Mundial en Stuttgart y luego descansaré hasta mediados de noviembre.
Fuente: la opinion.es
ENLACES: