Alejandro Delmás
En el mayor estadio de natación de todos los tiempos, el Nacional Aquatics Centre de Pekín, ayer se entrenaban dos equipos en la sesión matinal, la primera abierta a la prensa de todo el mundo: los saltadores de Gran Bretaña y los nadadores de Rumanía. Tom Daley es la gran esperanza de los saltadores británicos, mientras que Rumanía sueña con que Camelia Potec vuelva a colgarse un oro olímpico como ya sucediera en Atenas, donde ganó el 200 libre.
AS estuvo presente en el día de apertura de estos entrenamientos oficiales, en lo que se ha dado en llamar The Watercube, el Cubo de Agua. El leitmotiv del diseño del colosal recinto consiste en asociar el agua como estructura, con la forma cúbica que es primaria o típica en las casas de la República Popular de China.
El Cubo de Agua es el mayor estadio jamás construido en el mundo expresamente para la natación. Su capacidad es de 17.000 espectadores, aunque totalmente lleno con los competidores, delegados y demás invitados, la cabida total se acercará a las 18.000 personas. "Probablemente necesitaremos que esto se llene para que los participantes no se sientan intimidados o empequeñecidos. Nunca hemos visto una instalación semejante; ni yo, ni los chicos. Entras y dices 'guau, pero dónde estamos", se admira Steve Foley, entrenador-jefe de los saltadores británicos. "Sé lo que le digo; soy australiano, y nuestra gran piscina de los Juegos de Sydney queda muy lejos de ésta, tanto en capacidad como en sensaciones", agrega Foley, del Instituto Australiano del Deporte, seguidor del Manchester United y finalista olímpico en los Juegos de 1984.
Doina Sava, entrenadora-jefe del equipo rumano de natación, tiene sus propias opiniones sobre el Cubo: "No marcará grandes diferencias en resultados o récords; no se trata de una piscina especialmente rápida. Todos mis nadadores apuntan a que es demasiado profunda. En el tramo central se nada sobre una profundidad entre 2,5 y tres metros, y eso parece excesivo para registrar grandes tiempos. Los chinos han querido hacerlo a lo grande".
Sava ya no dirige a Potec, que se ha puesto bajo la dirección técnica de Philippe Lucas, ex entrenador de Laure Manaudou. Potec tomó esta medida por su crisis de éxitos desde el oro de Atenas y para empezar batió a la misma Manaudou en 400 libre en los Campeonatos de Francia.
Aún así, el Cubo de Agua, que será reformado tras los Juegos para recortarle un tercio de capacidad (¿qué será de todas estas megainstalaciones a partir de septiembre?) será un hogar futurista para duelos como los de Manaudou y Potec. Pero sus aguas profundas ya se agitan ante la llegada del huésped más esperado, su tiburón o escualo predilecto, que ahora prepara la caza en aguas de Singapur: un tal Michael Phelps.
Fuente: as.com
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