- Federer, cabizbajo, durante el encuentro con Fish. (Foto: AFP)
- En 2005 perdió cuatro veces; en 2006, cinco y en 2007, nueve
- La derrota ante Fish, 98 en el ranking ATP, es la tercera en 11 partidos
- Tras cuatro años de supremacía en el circuito, aparecen síntomas de decadencia
INDIAN WELLS.- Lo que antes era una excepción, ahora se convirtió ya casi en una costumbre: Roger Federer acumula tres derrotas en menos de tres meses de competición, aún no ganó ningún torneo y asume con normalidad ser superado en la cancha de tenis.
"Es un resultado duro, pero, ¿qué se puede hacer?", dijo lacónico el suizo. El número uno del tenis mundial cayó la noche del pasado sábado en las semifinales del torneo de Indian Wells ante el sorprendente estadounidense Mardy Fish, número 98 del ranking.
"A veces ocurre", prosiguió con su discurso de normalidad Federer, que está dando en 2008 desconocidos síntomas de falibilidad tras dominar durante cuatro años con tiranía absoluta el circuito.
Fish sólo necesitó 64 minutos para tumbar por 6-3 y 6-2 a Federer, que encajó su derrota más dura desde la que le infligió el francés Richard Gasquet en abril de 2005, en la arcilla de Montecarlo.
En febrero de 2004 Federer se hizo con el número uno del tenis mundial, puesto que ya no ha abandonado. Ese año sufrió seis derrotas. En 2005 sólo fueron cuatro y en 2006, cinco. La cifra se elevó el pasado ejercicio a nueve y en 2008, ya van tres en once partidos: en las semifinales del Abierto de Australia ante el serbio Novak Djokovic, contra el británico Andy Murray en la primera ronda de Dubai y ante Fish.
El suizo admitió que llegó un poco tarde a un partido que perdió de manera contundente. "Parecía un encuentro de entrenamiento", dijo. Una vez superada la mononucleosis que le afectó en el comienzo de la temporada, el suizo parecía haber tomado de nuevo el rumbo. Hasta que apareció Fish.
Federer, campeón de Indian Wells en tres ocasiones -de 2004 a 2006-, había batido a sus contricantes estadounidenses en las últimas 41 ocasiones.
El suizo se vio afectado por el hecho de no jugar en cuartos de final ante el lesionado Tommy Haas. "Jugar con él me habría dado ritmo", explicó. "Quizás durante el partido lo sentí, pero no es una excusa, Mardy jugó increíblemente bien", reconoció.
Federer admite que a sus 26 años quizás es hora de renovar su juego. "Pensaba que estaba siendo bueno esta semana y estoy feliz por ello, pero ahora es difícil juzgar".
Luego, dio una muestra de conformismo poco habitual en él. "Después de todo, estoy feliz por cómo fue la semana. Una semifinal en un Masters Series es algo bueno. A partir de aquí, espero poder ganar en Miami y luego en arcilla", señaló.
"Me siento mejor que hace diez días, eso es seguro", aseguró respecto a la enfermedad pasada y mirando con optimismo un futuro que comienza ya la próxima semana en Florida.
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