José Enrique Martínez, José Antonio Domínguez y Nicolás Miñambres conversan con José María Merino
Foto: RAMIRO (Diario de León.es)
Explicó que el libro surgió de su enfado con los que cuestionaban quién organizó el 11-M
El escritor habló en el Club de Prensa, arropado por Nicolás Miñambres y José Enrique Martínez
Marcelino Cuevas
León
José María Merino, uno de los escritores leoneses con sillón en la Academia de la Lengua, asistió anoche en el Club de Prensa del Diario de León, y dentro de los actos programados con motivo de la Feria del Libro, a la presentación de su novela La sima. Se trata de un relato en el que, según el autor, «reflejo la manía que tenemos los españoles de llevarnos mal. La sima es una novela en la que critico lo fratricidas que podemos llegar a ser los españoles». El acto, al que asistió numeroso público, fue presentado por los críticos literarios del Filandón, suplemento cultural del Diario de León, Nicolás Miñambres y José Enrique Martínez.
Se felicitó el autor de su nombramiento de hijo adoptivo de León, para después de tener un emocionado recuerdo para la figura del escritor berciano Antonio Pereira, recientemente fallecido. Explicó después el autor: «Esta novela nace de mi enfado por la confrontación política que se vivió en la primera legislatura de Zapatero, en la que durante mucho tiempo se cuestionó quién fue el organizador del 11-M». Explicó Merino que nunca pretendió escribir una novela política o una novela ideológica. «Intenté que fuera una novela de ideas que se ciñe a un tiempo exacto, a las vacaciones navideñas del 2005 al 2006. Creo que ese es uno de los valores de la novela, que dentro de unos años quienes la lean puedan conocer las cosas puntuales que sucedían en aquel momento».
«Creo -"dijo Merino-" que La sima es una novela mucho más de sentimientos que de ideas. Aunque en este caso las dos cosas están perfectamente entretejidas. Yo siempre digo que este país tal vez sea el del mejor banquete del mundo. Es estupendo el gusto que tenemos los españoles por reunirnos y comer bien, pero esa comunión, que tiene algo de ritual, se contrapone a nuestra capacidad para enfrentarnos violentamente con unos resultados desastrosos. Y digo yo: ¿por qué no empleamos el sentimiento para llevarnos bien? ¿Podemos llevarnos bien? Hay cosas intolerables como, por ejemplo, todo lo que vaya en contra de la democracia, todo lo que corrompa de una manera profunda nuestra convivencia. Pero dentro de un sistema democrático ¿por qué no optamos por llevarnos bien en vez de llevarnos mal? No digo que todos debamos ser amigos íntimos, pero sí que debemos dejar de odiarnos tanto».
Fuente: diario de leon.es
ENLACES: