El exatleta Ben Johnson asegura que sufrió un sabotaje en los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988en una entrevista concedida a 'Esporte Espetacular'. El canadiense se impuso en la final de los 100 metros con la estratosférica marca de 9:79 y poco después fue desposeído del récord y de la medalla de oro al dar positivo por estanozolol en el control antidopaje.
"Existen casos de atletas dopados desde los años sesenta y sólo aparecía una pequeña nota en los periódicos. A mí me dedicaron titulares en todo el mundo. Fui masacrado, cargué con un fardo enorme. Y eso es injusto. Aún no sé lo que ocurrió conmigo", dijo.
Johnson acaba de lanzar un libro, 'Seúl to Soul' (De Seúl al alma), en el que no niega que utilizase sustancias prohibidas. Al contrario, reconoce que su entrenador, Charles Francis, le suministraba esteroides regularmente desde 1981. "Él me decía que todos los velocistas los estaban usando. Y que el que no lo hiciese, no ganaría nada. Y yo acepté. Un equipo de especialistas nos ayudaba para que interrumpiésemos su uso antes de las competiciones".
Los médicos tenían protocolos muy precisos: tres semanas antes de la competición suspendían el tratamiento para 'limpiar' al atleta. Por eso Johnson no dio positivo en los más de 20 controles a los que fue sometido entre 1985 y 1988. Ahora sospecha de lo que ocurrió en Seúl: "Fue un sabotaje. Montaron todo aquello para que diera positivo"