Montse Pastor junto a Paquillo Fernández
Foto: http://www.granadaenjuego.com
Escrito por Ramón Ubric / GUADIX
Según una información aparecida ayer en la web www.levante-emv.com, el médico deportivo Walter Virú, detenido en noviembre de 2008 en Valencia como presunto cabecilla de una trama de dopaje de ciclistas y atletas que ha salpicado la carrera de figuras del deporte como el marchador accitano Paquillo Fernández, bordea una nueva imputación.
Fuentes de toda solvencia han explicado a Levante-EMV que el facultativo de origen peruano, que tenía su consulta privada en la calle Linares de Valencia, está siendo investigado por la Guardia Civil y un juzgado granadino por tratar de convencer a una testigo para que cambiase su declaración y lograr, de esta manera, soslayar parte de las acusaciones que pesan sobre él.
Ese delito contra la Administración de Justicia fue descubierto por puro azar hace un par de meses, cuando una mujer lo denunció tras recibir una llamada equivocada. La denunciante comparte nombre de pila con una de las testigos en la causa abierta a raíz de la operación Grial, desarrollada en Valencia el 24 de noviembre de 2008, y que se saldó con la detención de siete personas y la incautación de cientos de viales con EPO -eritropoyetina, la hormona que estimula la formación de glóbulos rojos- y con hormona del crecimiento en los registros realizados en la consulta de Virú, en dos farmacias y en varios domicilios.
La peculiar historia comenzó con una llamada en la que una vecina de Guadix, de nombre Monserrat, escuchó de boca de un interlocutor masculino cómo trataba de convencerla para que modificase su declaración ante el juez, con el fin de exculpar a quien le había procurado ciertas sustancias.
La mujer, asustada, llamó a la Guardia Civil de ese municipio granadino, el mismo en el que reside el marchador Paquillo, imputado en la causa por dopaje. Y así se descubrió lo sucedido.
Durante la operación policial de noviembre de 2008, agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de Madrid realizaron registros simultáneos en Valencia, Barcelona, San Javier (Murcia) y en Guadix, en casa de Paquillo. Aunque el plusmarquista desmintió en un primer momento su implicación -los agentes habían confiscado decenas de viales en su casa y él negó que contuviesen sustancias prohibidas por las leyes antidopaje-, acabó confesando el pasado mes de febrero, después de que se conocieran los resultados del laboratorio que confirmaban que lo que había en su domicilio era EPO.
La confesión del plusmarquista
El corredor explicó entonces ante la Guardia Civil que sí eran sustancias dopantes y que eran para él, pero que en el momento de ser intervenidas, todavía no había llegado a consumir ni un mililitro. Para entonces, los agentes ya sabían que había recibido los viales -hay envíos documentados a partir de febrero de 2007- en paquetes postales remitidos a su domicilio en Guadix a Monserrat Pastor, viuda del que había sido su entrenador, Manuel Alcalde.
Fue después de conocerse públicamente la confesión de Paquillo cuando se produjo la llamada a Guadix que desencadenó esta nueva causa judicial. Cuando la Guardia Civil rastreó la llamada, supo que había sido realizada desde el teléfono móvil del galeno, teléfono que constaba ya en diligencias porque había estado intervenido por orden judicial durante meses. La escucha fue cancelada tras la detención, por lo que en el momento de producirse la supuesta coacción a la testigo, ya no estaba pinchado. Tras destaparse el delito contra la Administración de Justicia, el juez instructor de Valencia ordenó a la Guardia Civil que lo comprobase y se inhibió en favor de su colega de Guadix, por lo que será éste quien decida la nueva imputación de Virú.