#Foto de Blas García Marín |
Hay algo en lo que coinciden todos los habitantes de Buenos Aires: es el estrés en el que se ven sumergidos por la vida cotidiana en esta gran urbe, que además es la de mayor contaminación acústica en Latinoamérica. Desesperados por superar este nerviosismo muchos buscan una salida en el uso de psicotrópicos, que en Argentina se ha generalizado de tal manera que alcanza niveles alarmantes.
La Secretaría para la Prevención de la Drogadicción, el SEDRONAR, señala en sus informes que el 18% de la población reconoce haber tomado en algún momento de su vida algún psicofármaco, con prescripción o sin ella.
Según explica Diego Álvarez Rivero, director del SEDRONAR, Argentina vive un fenómeno de 'medicalización' de la vida cotidiana. "Es el uso banal por parte de la sociedad de medicamentos que estrictamente son indicados para una patología y que, en el país, en muchos casos son utilizados como medicamentos para determinado estilo de vida pero no para el tratamiento de patologías", comenta.
Varios estudios indican que la depresión afecta a 350 millones de personas en el mundo, se extiende a ritmo acelerado y en los próximos años podría superar incluso a los males cardiacos. Por esto se prevé que la tendencia al consumo de psicotrópicos también pueda verse incrementada.
"Hay un estudio de la OMS que menciona que para 2020 la depresión va a ser la segunda causa de discapacidad en el mundo, y para 2030, la primera", asegura Julián Bustin, del Instituto de Neurología Cognitiva, subrayando que las autoridades atribuyen el alto consumo de estos productos tanto a una mayor aceptación profesional y social de su uso, como a las engañosas campañas de promoción que realizan los laboratorios.
"Lo que aparece en las publicidades de estos medicamentos es un corrimiento de la idea de 'enfermedad' a la idea de 'calidad de vida'; es una solución rápida, lo que también nos está hablando del clima de una época", comenta Cecilia Arizaga, investigadora del Observatorio Argentino de Drogas.
En los estudios realizados por el organismo para la prevención de la Drogadicción, se observó que frente a situaciones difíciles, por ejemplo, un duelo o la pérdida del trabajo, que normalmente se superan de forma natural con el paso del tiempo, los argentinos recurren ahora de manera sistemática a las medicinas.
Los expertos opinan que la solución podría ser que las autoridades y los médicos se comprometan a convencer a los ciudadanos de que no deberían escoger la vía de la etérea felicidad química, un sendero del que es muy difícil volver...
La Secretaría para la Prevención de la Drogadicción, el SEDRONAR, señala en sus informes que el 18% de la población reconoce haber tomado en algún momento de su vida algún psicofármaco, con prescripción o sin ella.
Según explica Diego Álvarez Rivero, director del SEDRONAR, Argentina vive un fenómeno de 'medicalización' de la vida cotidiana. "Es el uso banal por parte de la sociedad de medicamentos que estrictamente son indicados para una patología y que, en el país, en muchos casos son utilizados como medicamentos para determinado estilo de vida pero no para el tratamiento de patologías", comenta.
Varios estudios indican que la depresión afecta a 350 millones de personas en el mundo, se extiende a ritmo acelerado y en los próximos años podría superar incluso a los males cardiacos. Por esto se prevé que la tendencia al consumo de psicotrópicos también pueda verse incrementada.
"Hay un estudio de la OMS que menciona que para 2020 la depresión va a ser la segunda causa de discapacidad en el mundo, y para 2030, la primera", asegura Julián Bustin, del Instituto de Neurología Cognitiva, subrayando que las autoridades atribuyen el alto consumo de estos productos tanto a una mayor aceptación profesional y social de su uso, como a las engañosas campañas de promoción que realizan los laboratorios.
"Lo que aparece en las publicidades de estos medicamentos es un corrimiento de la idea de 'enfermedad' a la idea de 'calidad de vida'; es una solución rápida, lo que también nos está hablando del clima de una época", comenta Cecilia Arizaga, investigadora del Observatorio Argentino de Drogas.
En los estudios realizados por el organismo para la prevención de la Drogadicción, se observó que frente a situaciones difíciles, por ejemplo, un duelo o la pérdida del trabajo, que normalmente se superan de forma natural con el paso del tiempo, los argentinos recurren ahora de manera sistemática a las medicinas.
Los expertos opinan que la solución podría ser que las autoridades y los médicos se comprometan a convencer a los ciudadanos de que no deberían escoger la vía de la etérea felicidad química, un sendero del que es muy difícil volver...
Fuente: http://actualidad.rt.com