El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, en Ciudad Real, acabará 2010 con más de 1.400 hectáreas inundadas, después de que en las últimas semanas los aportes de agua del río Gigüela y varios arroyos hayan propiciado el aumento de los niveles de inundación de este espacio protegido. Según explicó ayer el presidente del Patronato del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, Luis Arroyo, el parque se encuentra en un gran momento tras haber superado el verano con más de 1.000 hectáreas inundadas.
La recuperación hídrica es un hecho gracias a los aportes que llegan desde el río Gigüela y los que proceden de arroyos que vierten en el propio parque, como los de Cañada Lobosa y Cañada del Gato. El buen momento hídrico en el parque como consecuencia del nuevo episodio de lluvias, ha dicho Arroyo, ha permitido abrir las compuertas del Molino de Molemocho, por lo que el agua asciende hacia el Molino de Griñón en lo que se conoce popularmente como Guadiana remontante.
La buena situación de inundación que viven Las Tablas de Daimiel hará posible que se pueda rozar un máximo histórico de afluencia de visitantes que, al acabar el año, podría rondar los 400.000.
Avifauna y vegetación
Arroyo ha explicado que el Parque Nacional ha experimentado una recuperación "espectacular y sorprendente" tanto en relación con la avifauna como con la vegetación presente en el espacio protegido. A pesar de que las aves tienen que recuperar la querencia tras cinco años con el parque en seco y falta de alimento, la nidificación de especies en primavera fue "espectacular por la diversidad", dice Arroyo. En total, nidificaron más de 2.000 parejas de aves de 44 especies diferentes, entre las que destacan el fumarel común y fumarel cariblanco, el pato colorado y la malvasía cabeciblanca.
La recuperación del Parque Nacional beneficia también a la vegetación palustre y a la acuática debido a que los niveles máximos de inundación de la zona se han alcanzado en una época adecuada para la buena germinación de las plantas. El hecho de que se hayan mantenido los niveles de agua a lo largo de todo el año también ha permitido que las formaciones subacuáticas completaran su desarrollo.