Fernando García Checa, uno de los creadores de la red social.
Hace compatible la actividad física con el mundo de Internet
Cuando Fernando García Checa y el resto de socios que forman Bkool empezaron a estudiar el mercado de la práctica del deporte en Internet, a finales de 2007, descubrieron que prácticamente no existía. "Analizamos los sitios más avanzados del mundo, que estaban sobre todo en Estados Unidos. Y veías que eran webs de última generación: muchas fotos, muchos vídeos, mucho chat, mucha interacción. Pero el deporte como tal, entendido como actividad física, no estaba", cuenta García Checa. La falta de relación era fácil de entender: "El mundo del deporte es esencialmente físico; el mundo de Internet es digital". Los socios de Bkool.com han dedicado los últimos tres años a salvar esa frontera.
El primer objetivo ha sido dar servicio al deporte más extendido en España, el ciclismo, al que seguirán en pocos meses el footing y las máquinas de gimnasio.
Como los dos mundos que quiere conectar, Bkool tiene una vertiente física y otra virtual. Es, al mismo tiempo, un pequeño sistema de aparatos encargados de digitalizar la actividad deportiva y una red social donde volcar los datos de la actividad deportiva. Un elemento de motivación que se adapta al deporte casero, al gimnasio y a la práctica al aire libre. Y un camino para acercar los métodos de entrenamiento de los profesionales al público general.
La primera entrega de Bkool, en cuyo desarrollo participan desde octubre 400 deportistas avanzados (pertenecientes a clubes ciclistas y de triatlón), contiene un rodillo (para hacer bicicleta en casa) y un transmisor de comunicaciones. El precio es de 265 euros.
El deportista necesita además pulsómetro, medidor de pedaladas, velocímetro y opcionalmente un registrador de potencia, todos ellos sensores compatibles con el sistema Bkool. Quizá el mayor quebradero de cabeza de Bkool, que cuenta entre sus socios tecnológicos con el Instituto de Biomecánica de Valencia, consistió en desarrollar un equipo de comunicación (que cabe en la palma de la mano, en el maillot o en el manillar) capaz de captar la señal de cualquier sensor del mercado.
El aparato recibe la información de los sensores y la transmite al ordenador, es decir, a la web, incorporándola al historial del deportista. El transmisor cuenta con un GPS que registra los recorridos al aire libre (cambios de altitud incluidos). Ello permite reproducirlos en casa: el ordenador remite la información al rodillo, que simula la resistencia de las pendientes.
La modalidad indoor también ofrece varios escenarios virtuales, diseñados al estilo de los videojuegos, que pueden verse en el televisor mientras se pedalea. Y estar conectado, haciendo la misma ruta virtual, con un máximo de 64 personas.
Bkool tiene algunas similitudes con Facebook. Cada persona decide qué parte del contenido de su perfil es público, cuál pueden ver solo sus amigos y cuál es privado.
La vertiente de red social, confían en Bkool, servirá para combatir uno de los grandes enemigos del deporte: la desmotivación. Al estudiar la práctica deportiva observaron que el 37% de los españoles entre 15 y 74 años practicaba alguna modalidad, pero que otro 30% abandonaba, según el estudio del Consejo Superior de Deportes de 2005. Y algo más: los jóvenes practicaban más deporte hace 10 años que hoy.
En Bkool están convencidos de que una de las causas es la Red: "La gente tiene un tiempo limitado: o lo dedica a una cosa o a otra, y está ganando Internet. O conseguimos combinarlos o en esa batalla el que va a perder va a ser el deporte", dice García Checa.
El sistema proporciona una doble motivación: facilita la competición con uno mismo ("intentar batir a la mejor versión de ti que hay en tu historial") y con los amigos y conocidos de la Red.
La mayor parte de las funcionalidades de la web son gratuitas, pero se ofrecen dos versiones de pago. La primera (seis euros al mes) abre la puerta a los planes de entrenamiento (diseñados por el ex seleccionador nacional de ciclismo Mikel Zabala) ajustados a las condiciones de cada cual gracias a la prueba de esfuerzo que puede realizarse en casa con el equipo de Bkool. La segunda (10 euros al mes) incluye la versión multijugador, con un máximo de 64 personas.
Los planes de García Checa, director de Bancaja hasta 2007 y desde mucho antes aficionado al triatlón, pasan por ir aumentando el número de deportes y propagar Bkool a otros países, empezando por Estados Unidos y Europa. "Es imposible saber cómo nos irá", afirma, "pero de lo que estamos seguros es de que dentro de no mucho tiempo el deporte con aparatos será así. Las máquinas no serán individuales o aisladas del mundo. Serán máquinas conectadas con otras. Y al final no son máquinas conectadas, lo que estás conectando son personas".