Foto de Blas García Marín |
1. A pesar de que los pies estaban desnudos, como también el resto del cuerpo, se podía percibir el sonido sordo del hombre que corría espantado en medio de la ciudad y de la noche de aquel mes de julio. Solo se oía el ritmo de los pies golpeando el asfalto de las calles, el jadeo, los pulmones trabajando como un motor pasado de revoluciones a punto de reventar. Bum, bum, bum, los golpes retumbaban como el eco lejano de un trueno, o un disparo de cañón. Las plantas de los pies sangraban, pero el terror las había vuelto insensibles, convertidas en cuero de animal desbocado. Casi ningún alma estaba despierta a esa hora, pero alguna lo vio pasar como una exhalación, la piel morena cubierta de un sudor que bajo la luz de las farolas lanzaba un destello casi irreal. Un viejo vagabundo que dormía junto a su perro despertó y creyó ver al demonio. Una mujer desvelada sintió temblar el suelo de su casa y se asomó por la ventana para averiguar que estaba sucediendo.
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0. Después de correr por varias cuadras, guiado por unas voces imaginarias y totalmente desnudo, un hacker se estrella contra la vidriera de un local y termina internado en la clínica donde se encontrará con el Dr. Palmer. El mismo psicoanalista que ha conseguido resolver los problemas de El caso Anne, se ve atrapado en esta nueva entrega por la historia de Mike, a tal punto que se vuelve una obsesión para él descubrir qué fue aquello que lo llevó a cometer actos tan absurdos.
Fotografías “El Caso Mike”, Gustavo Dessal Kusnifozz
28 oct 2021 (52)