Según ha informado la radiotelevisión austríaca ORF, Proksch sigue practicando aún el atletismo e incluso añadiendo títulos a su palmarés, ya que el pasado marzo logró la medalla de oro en lanzamiento de disco en el campeonato de veteranos celebrado en Clermont-Ferrand.
El experto atleta recordó que en su época de saltador olímpico, las pértigas eran aún cañas de bambú y en vez de sobre colchonetas los atletas tenían que aterrizar sobre un montículo de arena. "Entonces teníamos que aterrizar como un gato sobre las cuatro patas, de lo contrario uno se podía lastimar gravemente".
Si en los Juegos Olímpicos de Berlín, organizados con los nazis en el poder, el atleta quedó sexto con una altura de cuatro metros, un año después Proksch logró la que fue su mejor marca personal.
Fue en una competición en Londres, cuando tras romper su "pértiga" de bambú y sufrir un fuerte golpe, hubo de pedir prestada a un contrincante inglés la suya para un nuevo intento, en el que logró saltar 4,18 metros.
Esa marca fue durante muchos años el récord nacional austríaco en salto con pértiga.
En la actualidad, el anciano atleta compagina su afición por el deporte con la pintura, y asegura que sigue manteniéndose en forma gracias a las tareas domésticas que realiza cada día.
Un entrenamiento con el que Proksch quiere prepararse para el próximo mundial de veteranos que se celebrará en la localidad finlandesa de Lahti en 2009.