Foto: http://www.elcultural.es
Escrito por: Fernando Díaz de Quijano
Con el paso lento, el oído duro y el sentido del humor intacto, José Luis Sampedro entra en el salón de actos de la Fundación Juan March. Alrededor de 400 personas le esperan allí para escuchar su autobiografía intelectual, o su baile con el siglo, como diría su correligionario francés Stéphane Hessel, de quien prologó el candente ¡Indignaos!. Minutos antes de comenzar la conferencia -en forma de conversación con su esposa, Olga Lucas-, el economista, profesor, académico y escritor asegura que no sabe de qué va a hablar, pues siempre improvisa en este tipo de actos.
“Va a ser imposible resumir toda su vida en una hora. Ya nos costó hacerlo en 20 en los cursos de la Menéndez Pelayo...”, dice Lucas, coautora del último libro de Sampedro, Cuarteto para un solista. Ella será la encargada de guiar con sus preguntas el contenido de la charla. “Me conoce algo, así que puede preguntarme más cosas que nadie”, bromea Sampedro.
Los “muy trabajados” 94 años de Sampedro han dado para mucho, y todo permanece vívido en su excepcional memoria. Recuerda su infancia y su irreparable condición de inmigrante: “Yo vengo de la España de 1935, un país al que no puedo volver porque se hundió como la Atlántida”...
“Va a ser imposible resumir toda su vida en una hora. Ya nos costó hacerlo en 20 en los cursos de la Menéndez Pelayo...”, dice Lucas, coautora del último libro de Sampedro, Cuarteto para un solista. Ella será la encargada de guiar con sus preguntas el contenido de la charla. “Me conoce algo, así que puede preguntarme más cosas que nadie”, bromea Sampedro.
Los “muy trabajados” 94 años de Sampedro han dado para mucho, y todo permanece vívido en su excepcional memoria. Recuerda su infancia y su irreparable condición de inmigrante: “Yo vengo de la España de 1935, un país al que no puedo volver porque se hundió como la Atlántida”...
No hay comentarios:
Publicar un comentario