Koji Murofushi
El japonés Koji Murofushi, campeón olímpico hace siete años en Atenas, volvió a lo más alto al proclamarse campeón mundial en lanzamiento de martillo, este lunes en Daegu, con un registro de 81,24 metros, que le devuelve a la élite tras unos años complicados.
En la final de este lunes en el estadio de la ciudad surcoreana superó al húngaro Krisztan Pars (81,18 m) y al esloveno Primoz Kozmus (79,39 m), campeón olímpico en Pekín-2008.
Murofushi realizó una serie de alto nivel, en la que superó hasta en cuatro lanzamientos los 80 metros, incluido en su tercero, el que le dio la victoria.
Para el lanzador nipón se trata de su tercera medalla en un Mundial, tras la plata de Edmonton-2001 y el bronce de París-2003, ésta última hace ya ocho años, en los que el lanzador nipón había abandonado el primer plano de la prueba.
"Estoy feliz por haber ganado mi primer título mundial. Esto ocurre únicamente porque tengo un equipo apoyándome. Ahora voy a pensar en los Juegos Olímpicos", comentó el lanzador asiático, de madre rumana.
"Estuve muy concentrado en mis lanzamientos, es lo único que podía controlar. Estoy muy feliz por haberme enfrentado a otros competidores y, por supuesto, por haberles ganado", dijo.
El japonés llegaba a la final de Daegu-2011 con la mejor marca personal (84.86), en su larga carrera, pero esta temporada no había destacado y casi todos los participantes de la final habían conseguido marcas más destacadas que él, por lo que su victoria llegó por sorpresa.
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