Manuel Olmedo, campeón de Europa de 1.500 metros en pista cubierta y medallista de bronce al aire libre, considera que España "no puede vender ninguna medalla" en los Mundiales de Daegu en esta prueba pues concede al menos dos segundos de ventaja a los africanos en carreras rápidas.
El sevillano realizó el pasado viernes en París su mejor marca personal en 1.500 (3:34.44) pero aún así sólo alcanzó el décimo puesto en una carrera que ganó con un tiempo de 3:32.15 el marroquí Amine Laalou, considerado el heredero de Hicham El Guerruj.
Sólo 24 horas después, pese al madrugón y al viaje desde París, Olmedo regresó en Madrid a sus orígenes compitiendo en una carrera de 800 en la que obtuvo el tercer puesto con el segundo mejor registro español del año (1:45.67). Batió a todos los actuales especialistas españoles en la distancia con la única excepción del lesionado Antonio Reina.
Sin embargo, Olmedo no se hace ilusiones con miras al Mundial de Daegu. "Estos (por los africanos) tienen dos segundos de margen en carreras rápidas. A un ritmo de 3:36 soy capaz de acabar igual que ellos, pero por debajo ellos siguen teniendo cambio", explicó.
"La de París fue mi primera carrera rápida en 1.500 y reconozco que me vi un poco perdido. Llevo poco tiempo en esta distancia y tengo que mejorar mucho. En cuanto al Mundial hay que hablar sólo de estar en la final. Los españoles no podemos vender ninguna medalla porque están muy caras y no ganamos una en esta prueba desde 1999", indicó el sevillano.
Desde los Mundiales de Sevilla'99, en los que Reyes Estévez obtuvo la medalla de bronce, el medio fondo español no ha pisado podio en 1.500. En Edmonton 2001 Estévez volvió a ser el mejor (quinto); en París 2003 también lo fue (sexto); en Helsinki 2005 Arturo Casado fue quinto; en Osaka 2007 repitió Casado (séptimo), y en Berlín 2009, por primera vez en la historia de los Mundiales, España no tuvo presencia en la final.
En París esperaba bajar "algún segundillo más" su marca personal, que era de 3:36.98 pero que él consideraba "ficticia" porque sabía que "valía mucho más".
"No llegué con fuerza al final, pero me quedo con mi actitud valiente. Salí en cabeza, no tan atrás como otras veces. Ahora quedan casi dos meses para mejorar, pero al Mundial habrá que ir con humildad, sin vender ninguna medalla en 1.500", comentó.
Olmedo se mostró satisfecho con su carrera de Madrid. "Lo más duro fue el viaje desde París, levantarse a las siete de la mañana y estar tres horas en el aeropuerto. El cansancio te crea inseguridad pero no estuvo mal".
El 22 de julio, Olmedo, atleta del FC Barcelona, volverá a competir en la reunión de la Ciudad Condal y el primer fin de semana de agosto disputará los Campeonatos de España en Málaga.
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