Luis Alberto Marco junto a Kevin López en el Campeonato de Europa de Barcelona.
Foto gentileza de: FRANCESC ADELANTADO (http://www.marca.com)
Foto gentileza de: FRANCESC ADELANTADO (http://www.marca.com)
"Habrá que esperar a junio". Luis Alberto Marco prepara las citas veraniegas con la rabia contenida de alguien al que el destino le arrebató el mayor de sus éxitos. Fue en los 800 metros del Europeo de pista cubierta de París el pasado marzo. El polaco Marcin Lewandowski tropezó con las ilusiones de Marco, enviándole al tartán cuando el subcampeón de Europa en Turín estaba a escasos 300 metros de la gloria.
"Fue un sentimiento bastante desagradable", afirma Marco. "Todo estaba saliendo como yo quería. Y toda la temporada y los entrenamientos se van a la basura". Sin embargo, el atleta de Dos Hermanas se levantó con el orgullo herido de un campeón que jamás claudica.
"En mi vida me he retirado y no lo iba a hacer con la selección española". Aquella "rabia e impotencia" que poblaban la mente del andaluz, se tornaron en reconocimiento de una afición que lo venera. Él sabía que alcanzaría la meta. "Tengo que llegar aunque sea andando", se decía. Al final un quinto puesto y la cabeza bien alta. El alemán Robin Schembera, lesionado en el incidente, prefirió dejar la prueba, en aquel maldito punto donde el infortunio volvió a la vida deportiva de Marco. Un tiempo atrás, 23 centésimas le habían privado del sueño olímpico: los Juegos de Pekín.
Kevin López
Si algo positivo se saca de la cita europea en Francia es el cariño y la amistad de Kevin López, bronce en aquel 800. "Fue un poco injusto. Ni siquiera dio la vuelta de honor", recuerda Marco. El jovencísimo López, compañero de entrenamientos del de Dos Hermanas, demostró una categoría propia de una promesa mayúscula del atletismo. "Él me conoce bastante. Y aquel día no pudo disfrutar de su primera medalla".
Si algo positivo se saca de la cita europea en Francia es el cariño y la amistad de Kevin López, bronce en aquel 800. "Fue un poco injusto. Ni siquiera dio la vuelta de honor", recuerda Marco. El jovencísimo López, compañero de entrenamientos del de Dos Hermanas, demostró una categoría propia de una promesa mayúscula del atletismo. "Él me conoce bastante. Y aquel día no pudo disfrutar de su primera medalla".
Luis Alberto Marco volverá con fuerzas renovadas en el Mitin de Huelva, donde se enfrentará al 1.500. Entre ceja y ceja, el Campeonato de España en Málaga, llave para el Mundial de Daegu. "Allí el objetivo, en primer lugar, será estar en semifinales, luego en la final". Aunque es "difícil plantearse una meta". El andaluz es consciente de que "sólo allí sabes cuántas son realmente tus opciones. Pues siempre aparece gente que no conoces y hace unos marcones".
La foto de un cajón donde reine el tándem Marco-López tendrá que esperar. Entre los dos apenas suman 45 años; el de Dos Hermanas pone casi 25, y el de Lora del Río no ha cumplido los 21. Sin embargo, su madurez es un paradigma para muchos chavales que están comenzando en este deporte. Ambos tienen en sus piernas una parte importante del futuro del atletismo español. La calidad de la pareja sevillana augura próximas gestas en el 800 continental. El espíritu de París les hará aún más grandes.
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