Foto gentileza de: Lorena Portero (http://www.diariodeibiza.es)
Marc Tur Picó tiene 16 años y un aspecto de pívot balcánico desgarbado. No obstante, este joven santaeulaliense no juega a baloncesto. Es más, su deporte consiste, precisamente, en todo lo contrario: no despegar los pies del suelo. Desde sus 190 centímetros de altura, Tur cumple esta norma a la perfección. Por eso, la semana pasada consiguió en el Campeonato de España de Benicàssim (Castelló) el bronce juvenil en los 10 kilómetros marcha.
—¿Cuándo decide uno ´irse de marcha´?
—Empecé en el atletismo con solo seis años. Siempre he estado en la Emase y Mariano Riera nos animaba a participar en la prueba de marcha que se hacía en Santa Eulària. Ahí le cogí el gusto y, como vieron que se me daba bien, me animaron a tomármelo en serio.
—¿Siente que su disciplina es el ´patito feo´ del atletismo?
—Es verdad que hay algún prejuicio sobre esta disciplina. «Esos que mueven el culo y van caminando», dicen algunos (ríe). Ésto no es así, es mucho más duro. Pero, realmente, me siento valorado por lo que hago.
—¿La tradición y los éxitos de la escuela española son un soporte o una presión añadida?
—Yo lo veo como un soporte. Si se se han conseguido tantos éxitos, ¿por qué yo no puedo lograrlos?
—Entonces, ¿le gustaría dedicarse profesionalmente al atletismo?
—Sí, llegaré hasta donde pueda. Quiero ir poco a poco, ver si sigo siendo competitivo.
—¿A quién le robaría el estilo de marchar?
—Mi ídolo siempre fue Paquillo Fernández, hasta que le detuvieron por la trama de dopaje. Me defraudó mucho y, aunque pidió perdón y ha vuelto a la competición, ya no es lo mismo. Ahora me encanta la técnica que tiene Beatriz Pascual –actual campeona nacional de los 20 km–. Es muy buena.
—¿Se ha enfadado alguna vez con los jueces?
—Claro que sí. Recuerdo un enfado con una jueza en un Campeonato Escolar en Menorca el año pasado. Me sacaron dos tarjetas y me descalificaron. Cuando estás compitiendo siempre crees que tienes la razón. De todas maneras, no me suelen sancionar habitualmente.
—¿Cómo trabaja la técnica en la isla? ¿Dónde entrena?
—Mi entrenador siempre ha sido Mariano Riera. Además, Mario Avellaneda, otro referente, me ha aconsejado mucho. Luego, los entrenamientos que he hecho fuera de Eivissa me han ayudado a seguir formándome. Aquí tengo que entrenar por los alrededores de la zona deportiva de Santa Eulària.
—Se le suele ver todavía por los ´crosses´ y por las carreras populares de invierno. ¿Faltan competiciones de marcha en Ibiza?
—Sí, porque faltan marchadores. A ver si, poco a poco, empezamos a formar a los niños que empiecen en el atletismo en la marcha de forma específica. Esto va progresando, el año pasado organizar el Nacional absoluto aquí fue alucinante.
—¿Qué ´armas´ tiene Marc Tur para dejar atrás a sus rivales?
—Lo importante es tener la cabeza bien, las ideas claras de cómo vas a conseguir lo que quieres. Después es tirar siempre para delante. A mí me gusta ir de menos a más, sobre todo en los 10 kilómetros. Los 5 son un sprint realmente. Cuando llegue a los 20, ya te diré (ríe).
—O a los 50 kilómetros... ¿Se ve en unas Olimpiadas?
—Ese día se acabará el prejuicio que hay sobre la marcha (ríe).
—¿Cuándo decide uno ´irse de marcha´?
—Empecé en el atletismo con solo seis años. Siempre he estado en la Emase y Mariano Riera nos animaba a participar en la prueba de marcha que se hacía en Santa Eulària. Ahí le cogí el gusto y, como vieron que se me daba bien, me animaron a tomármelo en serio.
—¿Siente que su disciplina es el ´patito feo´ del atletismo?
—Es verdad que hay algún prejuicio sobre esta disciplina. «Esos que mueven el culo y van caminando», dicen algunos (ríe). Ésto no es así, es mucho más duro. Pero, realmente, me siento valorado por lo que hago.
—¿La tradición y los éxitos de la escuela española son un soporte o una presión añadida?
—Yo lo veo como un soporte. Si se se han conseguido tantos éxitos, ¿por qué yo no puedo lograrlos?
—Entonces, ¿le gustaría dedicarse profesionalmente al atletismo?
—Sí, llegaré hasta donde pueda. Quiero ir poco a poco, ver si sigo siendo competitivo.
—¿A quién le robaría el estilo de marchar?
—Mi ídolo siempre fue Paquillo Fernández, hasta que le detuvieron por la trama de dopaje. Me defraudó mucho y, aunque pidió perdón y ha vuelto a la competición, ya no es lo mismo. Ahora me encanta la técnica que tiene Beatriz Pascual –actual campeona nacional de los 20 km–. Es muy buena.
—¿Se ha enfadado alguna vez con los jueces?
—Claro que sí. Recuerdo un enfado con una jueza en un Campeonato Escolar en Menorca el año pasado. Me sacaron dos tarjetas y me descalificaron. Cuando estás compitiendo siempre crees que tienes la razón. De todas maneras, no me suelen sancionar habitualmente.
—¿Cómo trabaja la técnica en la isla? ¿Dónde entrena?
—Mi entrenador siempre ha sido Mariano Riera. Además, Mario Avellaneda, otro referente, me ha aconsejado mucho. Luego, los entrenamientos que he hecho fuera de Eivissa me han ayudado a seguir formándome. Aquí tengo que entrenar por los alrededores de la zona deportiva de Santa Eulària.
—Se le suele ver todavía por los ´crosses´ y por las carreras populares de invierno. ¿Faltan competiciones de marcha en Ibiza?
—Sí, porque faltan marchadores. A ver si, poco a poco, empezamos a formar a los niños que empiecen en el atletismo en la marcha de forma específica. Esto va progresando, el año pasado organizar el Nacional absoluto aquí fue alucinante.
—¿Qué ´armas´ tiene Marc Tur para dejar atrás a sus rivales?
—Lo importante es tener la cabeza bien, las ideas claras de cómo vas a conseguir lo que quieres. Después es tirar siempre para delante. A mí me gusta ir de menos a más, sobre todo en los 10 kilómetros. Los 5 son un sprint realmente. Cuando llegue a los 20, ya te diré (ríe).
—O a los 50 kilómetros... ¿Se ve en unas Olimpiadas?
—Ese día se acabará el prejuicio que hay sobre la marcha (ríe).
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