Foto gentileza de: José Luis Guerrero (http://www.as.com)
María Dolores Jiménez Guardeño (cordobesa de 42 años) es la ganadora del Sahara Marathon del año pasado. Su tiempo, 3 horas y 28 minutos. Un registro increíble debido a las condiciones en las que hay que correr por el desierto. Esta edición, como en todas las anteriores, los participantes rezan para que no haya siroco (fuerte viento del desierto). Loli es profesora de Educación Física en Córdoba en un colegio de gitanos. ¿De dónde saca tiempo para entrenar? "Como todos los corredores, de dónde se puede. Siempre encontramos un pequeño hueco al día. Aunque mi especialidad es el 800, el 1.500 y los obstáculos", responde.
La participación de María Dolores es una motivación para las mujeres del pueblo saharaui. El año pasado sólo corrió el Maratón otra mujer y este año el índice de participación también es muy bajo. "Poco a poco las mujeres se van sumando a la carrera, pero es difícil", apunta.
"Ya es hora de que haya justicia con esta gente, porque llevan 35 años callados y fuera de sus casas", cuenta. Loli está volcada con la causa saharaui, es una luchadora que avisa: "La situación de este pueblo es muy delicada y la de las mujeres aún más. A nivel social no pueden ir solas a ningún sitio y su rol queda para cuidar a los hijos. En esto también tenemos que avanzar todos".
Ayuda desde Córdoba
Este año, como otros atletas, viene con su hijo Abel Salazar, de nueve años. "Le pusimos Abel porque fue el año que se retiró Abel Antón", comenta. La historia del pequeño Abel no la puede contar cualquier niñ@. "Me dijo un día que si podíamos pagar la comunión. Le dije que sí. Y él me dijo: "Bien, pues todo el dinero de los regalos de la familia y amigos quiero donarlo al pueblo saharaui", explica la madre.
Estos días el Sahara Marathon no es más que una excusa para volcarse con los más de 200.000 refugiados saharauis. Los clubes de atletismo de Córdoba traen cinco camiones de ayuda humanitaria: tres de alimentos, uno de medicamentos y uno de material escorial.
Fuente: http://www.as.com
La participación de María Dolores es una motivación para las mujeres del pueblo saharaui. El año pasado sólo corrió el Maratón otra mujer y este año el índice de participación también es muy bajo. "Poco a poco las mujeres se van sumando a la carrera, pero es difícil", apunta.
"Ya es hora de que haya justicia con esta gente, porque llevan 35 años callados y fuera de sus casas", cuenta. Loli está volcada con la causa saharaui, es una luchadora que avisa: "La situación de este pueblo es muy delicada y la de las mujeres aún más. A nivel social no pueden ir solas a ningún sitio y su rol queda para cuidar a los hijos. En esto también tenemos que avanzar todos".
Ayuda desde Córdoba
Este año, como otros atletas, viene con su hijo Abel Salazar, de nueve años. "Le pusimos Abel porque fue el año que se retiró Abel Antón", comenta. La historia del pequeño Abel no la puede contar cualquier niñ@. "Me dijo un día que si podíamos pagar la comunión. Le dije que sí. Y él me dijo: "Bien, pues todo el dinero de los regalos de la familia y amigos quiero donarlo al pueblo saharaui", explica la madre.
Estos días el Sahara Marathon no es más que una excusa para volcarse con los más de 200.000 refugiados saharauis. Los clubes de atletismo de Córdoba traen cinco camiones de ayuda humanitaria: tres de alimentos, uno de medicamentos y uno de material escorial.
Fuente: http://www.as.com
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