Julio Díaz, investigador del Instituto de Salud Carlos III, y Ecologistas en Acción explicaron que los nuevos parámetros impiden comparar series históricas de niveles de polución.
"La ciudad de Madrid refuerza su lucha contra la contaminación atmosférica". Así tituló en octubre de 2009 el Ayuntamiento de la capital el anuncio de varias medidas para "mejorar la calidad del aire". La primera, la más destacada, consistía en cambiar la red de estaciones de medición. Se iban a suprimir algunas y cambiar de lugar otras a partir de enero de 2010. Pasaban de ser 27 a 24, pero divididas en tres tipos, especializadas por contaminantes y zonas: urbanas de fondo (12), de tráfico (nueve) y suburbanas (tres), estas últimas para medir el ozono troposférico.
Como resultado del cambio, las estaciones que en años precedentes estuvieron registrando los niveles más altos de contaminación desaparecieron (Luca de Tena, plaza del doctor Marañón...). Y con ellas desapareció también parte de la polución. En los primeros nueve meses del año la media de dióxido de nitrógeno bajó casi un 30% con respecto al año anterior. Aún hubo otra consecuencia: al modificar la forma de medir se rompieron las series históricas. "Ya no se puede comparar", explica Julio Díaz, investigador del Instituto de Salud Carlos III y coautor de un estudio publicado recientemente que constata la asociación entre la concentración de las partículas PM2,5 y el aumento de la mortalidad por enfermedades circulatorias en Madrid. "Si yo quisiera estudiar una serie 2003-2012, no podría hacerlo. No sería homogénea", añade.
Ecologistas en Acción ya advirtió en 2009 que el cambio rompería las series históricas e impediría estudiar cuál es la evolución real de la contaminación. Sin embargo, la organización no critica el nuevo modelo, ya que cumple con las normas de la directiva europea de calidad del aire de 2008. "Tenemos que adaptarnos a los cambios legislativos. Había que adaptar la red y medir según la nueva legislación", señala una portavoz del área de Medio Ambiente. "En todas las estaciones que no se han cambiado se mantiene la serie histórica y en las que se han modificado podemos calcularla porque tenemos unidades móviles", añadió. "Estamos abiertos a colaborar con cualquier investigación que nos solicite los datos".
El portavoz socialista de Medio Ambiente, Pedro Santín, predijo que con la nueva red y la nueva forma de medir la contaminación descendería un 25%. No iba desencaminado, a juzgar por los datos que maneja Ecologistas en Acción, que la semana que viene presentará su informe anual sobre la calidad del aire. Sus cálculos provisionales, siempre basándose en los datos que publica el Ayuntamiento, indican que en 2010 la ciudad registró una media de 43 microgramos por metro cúbico de dióxido de nitrógeno. En 2009 fueron 54. Sería un 20% de descenso, que el Consistorio atribuye a una disminución del tráfico y a las buenas condiciones climatológicas del año que acaba de terminar.
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