Tres de las mujeres aspirantes a bomberas se entrenan en un gimnasio para las difíciles pruebas de ingreso Foto: ULY MARTÍN (http://www.elpais.com) |
El enemigo de Natalia Baza, aspirante al Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid, se llama "carrera de velocidad sobre 110 metros con transporte de implementos". No es una prueba más de la oposición para incorporar a 220 nuevos bomberos a la capital. Es la prueba. Su pesadilla y la de las otras cuatro mujeres de cuerpos nervudos y castigados por el entrenamiento con posibilidades reales de conseguir una plaza. La prueba consiste en correr 10 metros, coger del suelo dos pesos de seis kilos y correr con ellos otros 100 metros. Y todo en 18 segundos. Es eliminatoria y, en palabras de Baza, de 29 años, "inalcanzable" e "imposible" para una mujer, por mucho entrenamiento que lleve encima.
Las aspirantes a bombera aseguran que ninguna mujer -y poquísimos hombres- podría superar la prueba. Y por eso consideran que la oposición las discrimina. Madrid es, si no la única, una de las pocas ciudades españolas en las que las exigencias físicas para ser bombero son exactamente iguales para hombres y mujeres. Lo habitual es usar baremos diferentes. Por ejemplo, correr o nadar la misma distancia pero con tiempos mínimos diferentes. Así lo hacen al menos diez cuerpos de bomberos (Valencia, Santander, Cuenca, Las Palmas, Alicante, Fuenlabrada, Guadalajara, León, Salamanca, el cuerpo de bomberos de Aena...). Algunos, como Cuenca, modificaron las bases de las oposiciones para ajustarse a la Ley de Igualdad, y así lo hacen constar en la convocatoria de plazas...
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