viernes, 2 de enero de 1970

#Fotosdeatletismo. 7872. #Recuerdosaño1964. En el Hipódromo de Leopardstown de Dublín, el 21 de marzo, Fernando Aritmendi Criado cruzó la línea de meta victorioso por delante del inglés Ron Hill



  
Los años que siguen a la edición de San Sebastián permiten a nuestros atletas foguearse con los grandes de la especialidad de cara a iniciar el asalto a los puestos de privilegio de la competición. En 1956 la prueba se disputa en Belfast y España baja hasta la sexta posición por equipos, siendo de nuevo Amorós el mejor de los nuestros al acabar octavo. Tampoco hay mucho que destacar en las siguientes cuatro ediciones, disputadas respectivamente en Waregem'57, Cardiff'58, Lisboa'59 y Glasgow'60. Nuestro equipo bascula entre la cuarta plaza de la capital portuguesa y la octava de Cardiff y desde el punto de vista individual tan sólo Amorós consigue situarse entre los diez primeros del escalafón internacional.
    El "galgo de Caudete" no obstante persevera y por fin iba a encontrar su oportunidad en la edición disputada en la localidad francesa de Nantes el 26 de marzo de 1961, donde se queda a un paso de la gloria. Allí realiza una carrera muy inteligente, progresando en todo momento. Al paso por el kilómetro cinco marcha en quinta posición y unos metros más allá supera a Fowler y se lanza a por los de cabeza. Por delante el inglés Basil Heatley se marcha decidido a por la victoria pero Amorós da caza al belga Gaston Roelants y al galo Bernard y se hace con una brillantísima segunda plaza, que en aquellos momentos sabía a oro. Por equipos, España ocupa la quinta plaza mientras que en la prueba júnior, que debuta en la competición el palentino Mariano Haro comienza a dar muestras de su calidad ocupando la tercera plaza y contribuyendo al bronce colectivo del equipo español.
    Lo que no consiguió Amorós sí que lo lograría tres años más tarde el alcarreño Francisco Aritmendi, un hombre nacido en 1938 en la localidad de Málaga del Fresno, que ya debutaba en el edición del Cross de las Naciones de 1962 en Sheffield, ocupando el puesto 33, en una carrera en la que nuestros hombres tuvieron una brillante actuación colectiva, ocupando el segundo puesto por equipos sólo por detrás de Inglaterra. Individualmente brilló el catalán José Molins que llegaba a meta en un magnífico sexto puesto.
    Antes de llegar a la victoria de Aritmendi en Dublín tenemos que detenernos en lo ocurrido en 1963, año en que la máxima competición internacional de campo a través volvía a nuestro país, siendo de nuevo el escenario el Hipódromo de Lasarte el día 17 de marzo. Los nuestros de nuevo vuelven a ocupar puestos de privilegio, con un magnífico Mariano Haro que realiza una brillante carrera para ocupar el tercer puesto del pódium por detrás del inglés Roy Fowler y del belga Gaston Roelants. También hay que reseñar el sexto puesto de Francisco Guardia, perfecto escudero del palentino, aunque a pesar de ello nuestro equipo no puede pasar de la quinta plaza colectiva, en una competición dominada por Bélgica. Donde sí que llega una medalla es en la categoría júnior, donde España es segunda por detrás de Inglaterra, con tres hombres metiéndose entre los diez primeros de la clasificación y Antonio Gómez ocupando la quinta plaza.
    Lo ocurrido en Lasarte era un magnífico preludio de lo que se viviría al año siguiente en el Hipódromo de Leopardstown de Dublín. La fecha el 21 de marzo, que quedará ya grabada en letras de oro en la historia del campo a través español merced a la magnífica carrera realizada por Francisco Aritmendi, que desde el comienzo emergió como el gran favorito a la victoria. En los primeros compases se sitúa a la espalda de Roelants y luego pasa al inglés Batty y se marcha por delante decidido a por la victoria. Creemos oportuno aquí reproducir lo que el maestro de periodistas Pedro Escamilla escribía en las páginas de Atletismo Español: "Al subir el repecho Roelants llevaba unos siete metros a nuestro campeón, que, a su vez, había sacado al inglés otros tantos. Se pasó un obstáculo, en el que había que arrastrarse, y vimos como casi simultáneamente lo pasaban Roelants y Aritmendi. El belga siguió en cabeza. Pocos instantes. Porque el guadalajareño se acercó a él, se puso a su altura, se las mantuvo enhiestas y, al final, dando la curva para entrar en la recta del hipódromo tomó el mando. ¡Está loco!, pensamos todos. ¡Sí, sí, loco!" Lo cierto es que Aritmendi cruzaba la línea de meta victorioso por delante del inglés Ron Hill, mientras que Roelants optaba por el abandono. Por detrás Haro era undécimo, dos puestos por delante de Aguilar, a la vez que el equipo español registraba la cuarta plaza.
    El triunfo del atleta alcarreño tuvo una gran repercusión en nuestro país en una época en la que los triunfos deportivos de los nuestros no eran ni mucho menos algo tan habitual como lo es hoy. E incluso se habló más del bueno de Aritmendi por la famosa anécdota ocurrida meses después cuando acudió a una recepción con el jefe del Estado Francisco Franco. El campeón se dirigió al Caudillo y le espetó: "bueno, ¿y qué hay de mi piso?" ya que parece ser que se le había prometido un piso como recompensa por su logro pero al final lo único que consiguió fue un bolso de regalo para su mujer...


Fuente: http://www.rfea.es



21 mar 1964 (607)

No hay comentarios:

Publicar un comentario