Cross España 1929 Foto: http://www.rfea.es |
A finales de los años 20 el campo a través español había adquirido un nivel más que suficiente para dar el salto a las competiciones internacionales. La prueba de referencia en aquellos años era el Cross de las Naciones, precedente del actual Campeonato del Mundo de la especialidad, que se disputó por primera vez en 1903 en la localidad escocesa de Hamilton. En los primeros años la competición había estado reservada sólo a los cuatro países británicos (Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda) abriéndose posteriormente a otros países como Francia o Bélgica. Entrar en ese selecto club era un reto que se antojaba por tanto difícil.
Antes de que se produjera el debut oficial de España en el Cross de las Naciones de 1929, los atletas españoles ya habían tenido ocasión de foguearse internacionalmente en dos ediciones de los Juegos Olímpicos, que en los años 20 incluían esta especialidad en su programa de competición. En Amberes'20 era el campeón de España de aquel año Julio Domínguez el que tomaba parte, finalizando la prueba en el puesto 25 y cuatro años más tarde en París, en una de las carreras de campo a través más duras que se recuerdan (que ha pasado a la historia con el sobrenombre de "El Infierno de Colombes") participa un equipo de seis atletas españoles. Especialmente reseñable es la actuación de José Andía, que realiza una carrera de menos a más pasando constantemente rivales y llegando a las inmediaciones del Estadio de Colombes en una magnífica quinta posición. Sin embargo, a apenas 300 metros de meta el bravo atleta español cae al suelo víctima del agotamiento y no puede finalizar la carrera. Cuentan las crónicas que llegó a levantarse alentado por los espectadores que se habían dado cita en el Estadio pero con las fuerzas totalmente gastadas se agarra a un palo de uno de los carteles indicadores con la mirada fija en una meta que nunca llegaría a alcanzar. Sí que consiguen su objetivo Fabián Velasco y Miguel Peña, que llegaron en los puestos 13º y 14º. La prueba, que fue dominada por el gran Paavo Nurmi, resultó de tal dureza que el Comité Olímpico Internacional decidió a partir de aquí suprimir el campo a través del programa olímpico.
Dejando a un lado estos dos precedentes, 1928 es el año que marca el debut internacional de España en campo a través. Un equipo viaja a Francia para tomar parte en el Campeonato del país vecino con grandes resultados, lo que significará un paso de gigante de cara a la participación en el Cross de las Naciones del siguiente año. Efectivamente España recibe una invitación para unirse al selecto grupo de países que disputan la competición internacional, que en ese 1929 debía celebrarse el 23 de marzo en el Hipódromo de París Vincennes. Sin embargo, en aquella época el dinero representaba el obstáculo principal para emprender el viaje hasta Francia y al directivo Luis Meléndez, que había sido destacado atleta y también periodista de "El Mundo Deportivo" se le ocurrió la idea de organizar una suscripción popular a través de este diario, a la que luego se sumaron otras publicaciones como "Excelsior" de Bilbao y "El Heraldo de Madrid". La cuestación se realizaba principalmente en el descanso de los partidos de fútbol y se llegó a recaudar la cantidad de 6.000 pesetas, que permitían sufragar parte de los costes del desplazamiento. Esta primera selección española en la máxima competición internacional estuvo formada por los vizcaínos Jesús Oyarbide, Arturo Peña, Claudio Egaña, Germán Campo y José Andrés, el castellano José Reliegos, el catalán Miguel Moreno, el guipuzcoano Miguel Cialceta y el andaluz Antonio Pachón.
La actuación en París no desentonó entre los grandes de la especialidad y el equipo español consiguió una magnífica tercera plaza por detrás de Francia e Inglaterra. Hay que destacar en el plano individual a Oyarbide, que se mantiene toda la carrera entre los primeros clasificados y consigue llegar a la meta en una gran quinta posición. El equipo español repetiría al año siguiente en la localidad británica de Leamington, si bien no consiguió entrar en la clasificación al no finalizar la prueba el suficiente número de atletas que puntuaban, y luego habría que esperar a 1935 en París Auteil para ver la siguiente actuación de los nuestros, que en esta ocasión acaban en la sexta plaza...
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