Cuando tenía sólo 11 meses de vida, sus padres -aconsejados por especialistas- decidieron amputar sus piernas, debido a una malformación congénita que lo hizo nacer con extremidades sin peronés ni tobillos. Ese día, cuando muchos niños de su edad comenzaban a dar sus primeros pasos, marcó para siempre la vida del sudafricano Oscar Pistorius. Hoy, a los 24 años, seguramente Pistorius debe estar agradecido de la segunda oportunidad que la ha dado la vida. Pero esto no ha sido gratuito, ya que es su espíritu de superación, su fuerza interna y su positiva postura frente a la vida, la que lo ha llevado a convertirse en el dueño de los récords mundiales en las especialidades de 100, 200 y 400 metros para atletas que han sufrido doble amputación...
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