Foto: Manuel Gómez (http://www.as.com) |
Tras Reina, Olmedo y Luis Alberto Marco, llega Kevin López. Este chaval de Lora del Río nacido en 1990 es el último producto de la factoría sevillana de los 800 metros, esa que en las dos vueltas se ha llevado nueve campeonatos de España en diez años.
El domingo en Avilés, Kevin, que se llama así porque su padre es fan del motorista Kevin Schwantz, ganó su primera corona nacional. Lo hizo de forma inteligente, refugiado en el grupo y rebasando en el sprint a su compañero de entrenamientos, Luis Alberto Marco, uno de sus grandes ejemplos: "Siempre he seguido su estela. Desde que era pequeño sus marcas y logros me han servido de referencia", afirma Kevin.
Luis Alberto, subcampeón de Europa indoor, destaca "la determinación" del joven prodigio. "Es luchador y va hasta el final con las decisiones que toma en carrera". Ambos, dos finishers natos, se medirán con los mejores de Europa la semana que viene en Barcelona.
Kevin, que este año ha hecho 1:45.8, ya ha tenido una experiencia continental y, además, muy positiva. Fue el año pasado en Novi Sad (Serbia) cuando ganó el oro en los Europeos júnior. "Iba como favorito. Pero ganar allí fue impresionante". A la Ciudad Condal, con los absolutos, irá "paso a paso". "Cada eliminatoria será una final y luego veremos qué pasa". Uno de sus puntos fuertes son las pruebas de campeonato. "Me suelo colocar bien en carreras tácticas", afirma el campeón nacional.
La preparación de Kevin está enfocada este año al 800 pero a largo plazo se ve en el 1.500. Su tipología lo dicta así y su entrenador, Paco Gil, también. "Dice que es la distancia que mejor me va. A mí, es la que más me gusta. Tal vez sea porque es la que más tradición tiene aquí en España". De hecho, ya ha realizado una brillante incursión en la distancia estrella del mediofondo 3:39.02 (mínima para Barcelona). Pero confiesa por qué se decantó por los 800: "Eran más acordes a mi nivel. Los rivales del 1.500 aún están lejos".
Tal vez ese interés por el 1.500 le venga de sus inicios como atleta cuando tenía nueve años e iba junto a su padre, el amante de Schwantz, a carreras populares. Por aquella época, en Sevilla, Estévez era tercero del mundo. Allí también estaba Cacho. Dos de sus ídolos. Pronto él vivirá hazañas similares...
Fuente: http://www.as.com
El domingo en Avilés, Kevin, que se llama así porque su padre es fan del motorista Kevin Schwantz, ganó su primera corona nacional. Lo hizo de forma inteligente, refugiado en el grupo y rebasando en el sprint a su compañero de entrenamientos, Luis Alberto Marco, uno de sus grandes ejemplos: "Siempre he seguido su estela. Desde que era pequeño sus marcas y logros me han servido de referencia", afirma Kevin.
Luis Alberto, subcampeón de Europa indoor, destaca "la determinación" del joven prodigio. "Es luchador y va hasta el final con las decisiones que toma en carrera". Ambos, dos finishers natos, se medirán con los mejores de Europa la semana que viene en Barcelona.
Kevin, que este año ha hecho 1:45.8, ya ha tenido una experiencia continental y, además, muy positiva. Fue el año pasado en Novi Sad (Serbia) cuando ganó el oro en los Europeos júnior. "Iba como favorito. Pero ganar allí fue impresionante". A la Ciudad Condal, con los absolutos, irá "paso a paso". "Cada eliminatoria será una final y luego veremos qué pasa". Uno de sus puntos fuertes son las pruebas de campeonato. "Me suelo colocar bien en carreras tácticas", afirma el campeón nacional.
La preparación de Kevin está enfocada este año al 800 pero a largo plazo se ve en el 1.500. Su tipología lo dicta así y su entrenador, Paco Gil, también. "Dice que es la distancia que mejor me va. A mí, es la que más me gusta. Tal vez sea porque es la que más tradición tiene aquí en España". De hecho, ya ha realizado una brillante incursión en la distancia estrella del mediofondo 3:39.02 (mínima para Barcelona). Pero confiesa por qué se decantó por los 800: "Eran más acordes a mi nivel. Los rivales del 1.500 aún están lejos".
Tal vez ese interés por el 1.500 le venga de sus inicios como atleta cuando tenía nueve años e iba junto a su padre, el amante de Schwantz, a carreras populares. Por aquella época, en Sevilla, Estévez era tercero del mundo. Allí también estaba Cacho. Dos de sus ídolos. Pronto él vivirá hazañas similares...
Fuente: http://www.as.com
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