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Quería estar presente en el Campeonato de Europa de Atletismo de este verano y había insinuado que sólo entregaría una medalla: la de pértiga en la categoría femenina. El aprecio que le tenía a Yelena Isinbayeva, la gran diva del atletismo mundial, no lo podía ocultar. Y por eso adelantó ya hace meses que él quería estar presente en esa ceremonia de entrega de trofeos junto a la campeona rusa. El deseo del incomparable dirigente barcelonés, la figura más destacada de la administración deportiva mundial en el último medio siglo, reunía en ese gesto algunas de las razones por las que debe ser considerado una personalidad cuya huella en la historia del deporte permanecerá imborrable. La rusa representa el respeto que siempre ha tenido por los deportistas, con los que solía pasar, según confesaba, los mejores ratos...
Fuente: http://www.lavanguardia.es
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