Foto de Blas García Marín |
Comentario de Pilar Berbén:
Según empecé a leer este libro, que se presenta como las vivencias de una chica de 15 años, como su diario, me empecé a sorprender. Una de esas sorpresas es que yo no me creo que eso haya sido lo que escribió. No digo que no haya escrito, pero no es creíble esa escritura a los 15 años. Pero, no porque esté bien o mal escrito, sino porque falta el sentimiento. Tenemos presente el Diario de Ana Frank, esas vivencias tan personales, y aquí lees y esperas que en algún momento aparezca algo más íntimo, más personal. Y no aparece. Eso es lo que menos me gusta de un relato que, en general, no me ha gustado. Pensaba que me había pasado a mí sola, veía un montón de contradicciones, pero ya veo que no me pasó a mi sola. Y, sobre todo, repito, no me parece creíble por lo que acabo de decir...
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