Foto: rfea.es
Entre sus distinciones destacan la Medalla de Plata de la Real Orden del Mérito Deportivo en 1997 y la Insignia de Oro de la Real Federación Española de Atletismo concedida en 1968 y en 1999.
Julio Bravo Ducal, histórico entrenador y considerado uno de los hombres clave de atletismo español, falleció a los 83 años tras una larga enfermedad, informa la Federación Española (RFEA).
Nacido en León el 21 de junio de 1926, comenzó a encontrar la notoriedad cuando llevó al triunfo en los Juegos Escolares a los atletas de la Sociedad Deportiva Hispánica y del Colegio de los Hermanos Maristas de su ciudad.
Por entonces, Bravo acababa de llegar al atletismo, ya que su profesión era la de locutor radiofónico, pero finalmente optó por su pasión y se dedicó a entrenar a atletas.
Un año más tarde, en 1954 dirigió al equipo español de atletismo que se impone en los Juegos de la FISEC celebrados en Ostende (Bélgica).
Uno de sus primeros atletas fue otro ilustre leonés, el afamado entrenador José Luis Martínez, y en 1963 ejerció de entrenador en la Residencia Blume de Barcelona, donde permaneció hasta 1967.
Entre sus muchos discípulos de aquella época, destacaron el velocista Ramón Magariños, los mediofondistas Alberto Esteban, Alfonso Gabernet y Enrique Bondía o el saltador de altura Luis María Garriga, entre otros sobresalientes atletas.
En 1967 fue nombrado director técnico de la RFEA y en 1972 responsable nacional júnior. En 1977 creó el Centro de Documentación de la Escuela Nacional de Entrenadores (ENE).
Entrenador en la Residencia Blume
Desde 1977 ejerció como entrenador en la Residencia Blume de Madrid, donde entrenó a un gran número de atletas de gran calidad, como Colomán Trabado, Benjamín González, Carlos Azulay, Andrés Vera, Anacleto Jiménez, Mateo Cañellas, Luis Javier González o Luis Miguel Martín Berlanas.
Desde 1977 ejerció como entrenador en la Residencia Blume de Madrid, donde entrenó a un gran número de atletas de gran calidad, como Colomán Trabado, Benjamín González, Carlos Azulay, Andrés Vera, Anacleto Jiménez, Mateo Cañellas, Luis Javier González o Luis Miguel Martín Berlanas.
En 1989, José María Odriozola, recién elegido presidente de la RFEA, le nombró director de la ENE y creó durante su gestión la Jornadas Técnicas ENE en 1993 y las Sesiones de Estudios ENE.
Julio Bravo, además, fue un estudioso del atletismo. En 1981 se encargó de dirigir una de las publicaciones más importante del atletismo nacional: los Cuadernos ENE.
Colaborador así mismo habitual de la revista Atletismo Español, su último legado fue el libro "Atenas 1896-Atenas 2004, más de un siglo de atletismo olímpico".
Entre sus distinciones destacan la Medalla de Plata de la Real Orden del Mérito Deportivo en 1997 y la Insignia de Oro de la Real Federación Española de Atletismo concedida en 1968 y en 1999.
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