Talas masivas en el arroyo Meaques
Ecologistas en Acción denuncia que la vegetación del humedal del Arroyo Meaques, a escasos cien metros de la Ciudad de la Imagen, en el límite de los términos de Madrid y Pozuelo, está siendo arrasada con eliminación de centenares de árboles y vegetación de ribera asociada. De este modo, se elimina parte de la protección contra inundaciones que suponía esta vegetación. Del mismo modo, la avifauna ha tenido que abandonar el lugar ante estas lamentables actuaciones que suelen denominarse “limpieza de ríos y arroyos”.
Este humedal conformado en la confluencia de los Arroyos Meaques y Valchico forma un hábitat singular que ha sufrido múltiples agresiones en los últimos decenios. Situado en el extremo Norte de la Operación Campamento, constituye un lugar único y desconocido en la geografía madrileña.
Para las administraciones que la comparten administrativamente, los Ayuntamientos de Madrid y Pozuelo, su existencia supone un problema y desearían su desaparición física. Los dos arroyos citados poseen flujo regular, salvo en época de estiaje, y recogen las aguas de lluvia de una enorme finca de titularidad pública (antiguo Campo de Los Retamares), zona de maniobras y prácticas militares.
El 24 de junio de 1995 las lluvias torrenciales que cayeron en la zona SO de la capital se tradujeron en corte de tráfico de la M-30 durante una semana. Esos dos arroyos fueron el vehículo de unas aguas que de forma cíclica producen inundaciones en la zona. La Casa de Campo ha sido testigo de ello y está documentado que dos puentes diseñados por el arquitecto Sabatini, dentro de este recinto que fue de la Casa Real, fueron derribados en riadas similares.
Pero las administraciones citadas no han hecho sino agravar la situación, despreciando tanto el valor ambiental de este bosque de ribera como acogotando los dos arroyos con actuaciones vergonzosas: eliminación de manantiales en la Colonia Gran Capitán, vertido de miles de toneladas de escombros de las obras de Madrid, corte y ocupación de vías pecuarias de la zona (Descansadero del Meaques, Cañada Real de Madrid, Vereda Camino de las Carreras) por infraestructuras varias, como el “tren ligero”, que discurre a escasos metros de cientos de árboles talados en esta zona donde se acumulan escombros, basuras y desidia de decenios. Así mismo, el nudo de vías y carreteras de la zona hacen imposible el tránsito de personas, no digamos el ancestral paso de ovejas que hasta hace poco podían verse por estas vías pecuarias.
En este humedal aún puede encontrarse un pequeño mamífero carnívoro, la comadreja, que convive con más de 70 especies de aves, las mismas que campean por el próximo parque de la Casa de Campo. Conejos y liebres abundan en las zonas anexas a los dos arroyos. Ahora la “operación limpieza” ha dejado desprovista a toda esta fauna de lugar de refugio.
Desconocemos los objetivos de esta actuación que no parece centrarse más que en la eliminación de masa arbórea y arbustiva, que es la más adecuada para calmar y reducir los efectos de las potenciales lluvias torrenciales que pudieran producirse. La eliminación de vegetación se traduce en mayor velocidad de las aguas, produciéndose el efecto opuesto al pretendido con esta tala masiva de vegetación.
Ecologistas en Acción siempre ha defendido la unión física de estos espacios naturales ante la masiva proliferación de nudos de infraestructuras que separan y dividen hábitats. El humedal del Meaques y Valchico ha de ser zona de ampliación de la Casa de Campo y ser objeto de una debida protección por sus valores ambientales. Asimismo, la amplia zona de Los Retamares ha de ser el corredor ecológico entre Madrid y Alcorcón y no la sucesión de edificaciones que se pretende.
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