El estadio olímpico, actual Peineta
Foto: el pais.com
No es que se esperara lo contrario de un Partido Republicano que no para de poner zancadillas al presidente, pero quizá se contaba con que ante un acontecimiento de tal envergadura, al menos por una vez -esta vez-, los conservadores dieran su visto bueno. No ha sido así. Michael Steele, presidente del Comité Nacional Republicano, ha declarado que el viaje de Barack Obama a Copenhague para impulsar la elección de la ciudad de Chicago como sede de los Juegos Olímpicos de 2016 es "una distracción que aparca asuntos más importantes como la reforma sanitaria o la creación de puestos de trabajo". "¿En qué se está concentrando el presidente?", se preguntó Steele. "En tiempos de guerra, en tiempos de recesión, creo que el viaje es muy bonito pero no necesario", enfatizó el líder de los republicanos.
Desde la Casa Blanca, la respuesta estuvo marcada por una sonrisa sarcástica. "¿Con quién va Steele?", se preguntó Robert Gibbs, portavoz de Obama. "¿Se muere por subirse en un avión y asistir a los Juegos en Río? No lo sé... A lo mejor prefiere Madrid", dijo Gibbs irónico ante la prensa.
Las declaraciones de Steele se suman a otras anteriores desde esas mismas filas republicanas. Fue el representante de Michigan Peter Hoekstra quien declaró sin medias tintas que lo que Obama debía hacer era centrarse en el desbocado conflicto de Afganistán. En la misma línea estuvo Christopher Bond, senador de Missouri, para quien el presidente y comandante en jefe debe tener como única tarea apremiante la de reunirse con sus generales y decidir el curso de la guerra en aquel país.
La Casa Blanca insiste con la misma respuesta a todas esas personas. ¿No creen que EE UU debería albergar unos Juegos Olímpicos? El equipo de Obama no era ajeno a las críticas que surgirían y de hecho la semana pasada anunció que el presidente no viajaría a Dinamarca ya que estaba entregado al proyecto de la reforma sanitaria. Argumentando que esa legislación está en el buen camino, la Casa Blanca dijo este lunes que el mandatario podía permitirse el viaje. Aunque no será muy largo: Obama abandonará Washington hoy por la noche y estará en suelo danés como máximo cinco horas. Se dejará ver durante la presentación de la candidatura de Chicago y se mezclará entre los miembros del Comité esperando conquistar algunos votos pero no se quedará a la votación final. Esa votación será vista en Estados Unidos desde dos ópticas: quienes desean con fervor que los Juegos se celebren en Chicago y quienes no sólo no ansían que suceda sino que abiertamente apuestan por otra ciudad, en este caso Río de Janeiro.
Con página web propia incluida, en Chicagoans for Rio (ciudadanos de Chicago a favor de Río) se declara que sería "una aberración" dedicar fondos de los contribuyentes a hacer frente a la costosísima organización de una competición deportiva que no genera ningún beneficio a la mayoría de los ciudadanos. "Sería emocionante celebrar aquí los Juegos", admite el grupo en su página web. "¿Pero saben qué sería mejor?", se pregunta. "Celebrarlos en Río. Dejemos que Río de Janeiro sea el anfitrión en 2016. No nos importa. De verdad".
Fuente: el pais.com
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