Foto: david gonzález (as.com)
Valencia acogió esta semana la reedición, 25 años después, del mítico duelo Kasparov-Karpov. 'El Ogro de Bakú' habló para AS a condición de que no hubiera preguntas sobre política o sobre su estancia en la cárcel.
Aitor Pilán
¿Cómo se ha sentido, después de tantos años, al jugar contra Karpov?
Es muy diferente a hace 25 años. Estas partidas son más amistosas y tranquilas que las de entonces, más relajadas. Es evidente que cada uno ha intentado ganar, pero lo más importante de todo es que nos hemos reunido para intentar volver a poner el ajedrez donde se merece. Queremos relanzar y promocionar el ajedrez y seguro que estas partidas ayudan.
Han vuelto a jugar delante del público, ¿qué efecto ha tenido eso en usted?
Aunque Karpov rara vez juega y yo tampoco lo hago a menudo, volver a jugar con un tablero, sentir las piezas, el calor del público tras 25 años es algo especial.
¿Qué tal sienta la victoria ante su máximo rival?
Karpov no pudo gestionar la enorme presión psicológica sobre el tablero. La victoria es sólo fruto de mi mejor preparación.
Se ha preparado para estas partidas con el noruego Magnus Carlssen, uno de los mejores jugadores jóvenes del planeta. ¿Cree que llegará a su nivel?
Tiene mucho talento. Está al nivel de Karpov o Anand, pero de momento él se ha colocado arriba sólo con talento. Ahora tiene que poner mucho trabajo. Le estoy ayudando a entender que el trabajo duro es necesario. Tiene que ser más agresivo en el tablero. El ajedrez necesita una estrella del mundo occidental, como Fischer, para darle el empujón que necesita.
¿Cómo resiste un hombre partidas tan largas como las de 1984, que duraron más de seis meses?
No lo sé todavía. Estoy escribiendo libros sobre mis partidas contra Karpov en esa época y, algunas veces, no sé cómo conseguimos resistir esa presión. Además, en mi caso, yo iba perdiendo 5-0 y aún jugaba un ajedrez muy decente con ese resultado y pasados tantos meses. Creo que aquella partida fue la refundación del ajedrez moderno pese a las decisiones políticas.
¿Campomanes mató al ajedrez y provocó el inicio del cisma de 1993?
No. Él tomó una decisión que no fue justa, pero que hizo muy popular al ajedrez. Incluso a día de hoy Karpov reconoce que la victoria que la FIDE tuvo sobre mí en aquella época fue mala para el ajedrez. Me alegro mucho de su honestidad. Significa que, con los años, Karpov también ha visto el problema que yo vi entonces.
Fuente: as.com
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