El ruso Valeriy Borchin, oro olímpico en Pekín''08, cumplió con los pronósticos y se proclamó primer campeón de los Mundiales de Berlín''09 al ganar los 20 kilómetros marcha, prueba que en las tres anteriores ediciones se llevó el ecuatoriano Jefferson Pérez, ahora retirado.
Paquillo Fernández, una de las grandes bazas de España para subir al podio en la capital germana, no pudo incrementar su número de medallas mundialistas después de tres platas seguidas y se retiró poco después del ecuador de la prueba para poner fin a su carrera en esta distancia y dar paso a los 50. Borchin dio una lección de estrategia en la emblemática avenida Unter den Linden, junto a la mítica Puerta de Brandemburgo, y se impuso con una autoridad y solvencia espectaculares y un tiempo de 1h18.41.
Hizo una demostración de poderío en los momentos clave y fue el más fuerte en los últimos kilómetros sin que su principal rival hoy, el chino Hao Wang, cuarto en Pekín, pudiera resistir la marcha que imponía el ruso, de tan solo 22 años. Wang logró una plata de mucho valor, su mayor éxito internacional, y el mexicano Eder Sánchez continuó con su progresión y por fin se colgó un metal, el bronce, con lo que devuelve a la caminata de su país a un podio mundialista después de haberlo saboreado durante unos minutos en Osaka cuando descalificaron a Paquillo Fernández, que a la postre fue recalificado.
La prueba, que comenzó con 28 grados de temperatura pero sensación de algunos más, estuvo marcada desde el mismo inicio por el fulgurante arranque del noruego Erik Tysse y los italianos Giorgio Rubino e Ivano Brugnetti, este último campeón mundial de 50 en Sevilla''99 y olímpico de 20 en Atenas''04, que fue quinto en Pekín y campeón mediterráneo en Pescara.
Aunque el semidesconocido Moacir Zimmermann se les unió durante algunos kilómetros, el ritmo era demasiado elevado para éste, que no tardó mucho en quedar descolgado totalmente y ser descalificado incluso en el kilómetro ocho. El resto de favoritos, con el ruso Valeriy Borchin, oro olímpico y gran favorito, y el español Paquillo Fernández, triple subcampeón mundial en París, Helsinki y Osaka, optaron por conservar algo más y aguardar al ecuador de la prueba para incrementar el ritmo.
Rubino y Brugnetti concedieron a Tysse la misión de marcar el ritmo y se lo hicieron pagar dando un tirón al que no pudo responder cuando se alcanzaba la mitad el recorrido y los de atrás, principalmente por la labor del chino Hao Wang, cuarto en Pekín, comenzaban a recortar las distancias, que llegaron a ser de 21 segundos. Rubino, la savia nueva de la marcha italiana, fue valiente y se marchó en solitario pese a las advertencias que recibió por parte de los jueces. Brugnetti, más experto, mantuvo la calma y formó un dúo con Tysse y por detrás el ritmo de caza redujo notablemente el grupo de aspirantes y acortó el hueco hasta rebasar a los ''osados'' de manera irremisible. Borchin maniobró con maestría y eficacia, casi a su antojo, la prueba a la vez que Paquillo veía que ''no iba'' y tenía que abandonar en el kilómetro once.
Paquillo se retira cuando la carrera se aprieta
El granadino este año no había hecho marcas de relumbrón, en buena medida por haber preparado su salto a los 50 kilómetros, que probó con un gran tiempo en los Campeonatos de España, y lo pagó en Berlín. Tal y como explicó posteriormente, desde el inicio no se encontró cómodo y cuando la prueba ''se calentó'' no estaba en condiciones de resistir, por lo que decidió abandonar y dejar huérfanas las opciones españolas porque Juanma Molina discurría demasiado atrás sin opciones. Borchin, Wang y el sorprendente colombiano Luis Sánchez se quedaron solos en cabeza a falta de cinco kilómetros, pero ahí ya el ruso no perdonó.
Wang no resistió y el colombiano aún menos, tanto que Eder Sánchez, con bagaje internacional de peso, supo esperar su momento para reaccionar y colgarse el bronce.
Paquillo: "Ha sido totalmente psicológico"
"Me falta un poco de la motivación que tenía estos años en esta prueba. Hoy me he dado cuenta. Lo que me queda voy a probar en el 50, es una forma de intentar alargar mi carrera deportiva hasta Londres e intentar sacar mi última medalla", dijo. "Los teníamos controlados. En cuanto pegáramos un tirón los íbamos a absorber rápido, pero yo no iba desde el principio", afirmó el marchador de Guadix.
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