ESPERANDO. Pedroso se prepara para hacer marcas el año próximo.
Foto: macario muñoz (as.com)
Iván Pedroso se ha casado con una española, vive en Guadalajara y está lejos de la disciplina del equipo cubano, también concentrado en esa ciudad. Tiene 36 años y aunque hace uno anunció que abandonaba el atletismo, ahora quiere regresar y ha fichado por el Alicante.
AS asistió a una de sus sesiones de entrenamiento en las pistas Fuente de la Niña de Guadalajara, junto a sus compatriotas, pero al margen de ellos.
"Quiero volver a la competición y todo va bastante bien, salvo algún dolorcillo que tengo desde hace algún tiempo. Me entreno con vistas al año próximo, pero no quiero hablar de marcas. Si salen, bien", dice Iván al término de un entrenamiento suave, bajo un calor tórrido, pero al final de la conversación anuncia: "Me veo de nuevo en la élite mundial".
El cubano tiene un historial inmenso en la longitud: una vez campeón olímpico, cuatro veces campeón mundial al aire libre y cinco en pista cubierta, con un mejor registro de 8,71 metros. Nunca tuvo el récord mundial, pero ahora ve al panameño Irving Saladino y al estadounidense Dwight Phillips con posibilidades de superar los 8,95 metros de Mike Powell y de aterrizar más allá de los nueve metros. "Los dos valen esa distancia. Cualquiera de ellos puede alcanzarlos si compite en buenas condiciones. Estas marcas salen cuando menos te lo imaginas", dice el cubano.
Cuando se le dice que Saladino le tiene encumbrado, que le estima más que a Carl Lewis y a Mike Powell, se sonríe: "Yo también le aprecio a él. Tiene una técnica de salto muy parecida a la mía y creo que sus límites están lejos".
Pero a continuación se cura en salud: "Phillips es muy rápido, muy bueno y está muy fuerte. El duelo entre los dos en los Mundiales será apasionante".
Pedroso tiene buenos recuerdos de su rivalidad de hace diez años con Yago Lamela. En los Mundiales indoor de Maebashi y en los de aire libre de Sevilla Iván fue campeón, con el avilesino medallista de plata. "Tenemos buena relación. Nunca pensé que Yago iba a dejarlo tan rápido; tenía un grandísimo potencial. Hace poco hablamos por teléfono y le animé a seguir saltando. Ojalá volviéramos los dos a vernos en la élite mundial...", dice Pedroso. Pero los tendones de Yago no están ya para eso.
Fuente: as.com
AS asistió a una de sus sesiones de entrenamiento en las pistas Fuente de la Niña de Guadalajara, junto a sus compatriotas, pero al margen de ellos.
"Quiero volver a la competición y todo va bastante bien, salvo algún dolorcillo que tengo desde hace algún tiempo. Me entreno con vistas al año próximo, pero no quiero hablar de marcas. Si salen, bien", dice Iván al término de un entrenamiento suave, bajo un calor tórrido, pero al final de la conversación anuncia: "Me veo de nuevo en la élite mundial".
El cubano tiene un historial inmenso en la longitud: una vez campeón olímpico, cuatro veces campeón mundial al aire libre y cinco en pista cubierta, con un mejor registro de 8,71 metros. Nunca tuvo el récord mundial, pero ahora ve al panameño Irving Saladino y al estadounidense Dwight Phillips con posibilidades de superar los 8,95 metros de Mike Powell y de aterrizar más allá de los nueve metros. "Los dos valen esa distancia. Cualquiera de ellos puede alcanzarlos si compite en buenas condiciones. Estas marcas salen cuando menos te lo imaginas", dice el cubano.
Cuando se le dice que Saladino le tiene encumbrado, que le estima más que a Carl Lewis y a Mike Powell, se sonríe: "Yo también le aprecio a él. Tiene una técnica de salto muy parecida a la mía y creo que sus límites están lejos".
Pero a continuación se cura en salud: "Phillips es muy rápido, muy bueno y está muy fuerte. El duelo entre los dos en los Mundiales será apasionante".
Pedroso tiene buenos recuerdos de su rivalidad de hace diez años con Yago Lamela. En los Mundiales indoor de Maebashi y en los de aire libre de Sevilla Iván fue campeón, con el avilesino medallista de plata. "Tenemos buena relación. Nunca pensé que Yago iba a dejarlo tan rápido; tenía un grandísimo potencial. Hace poco hablamos por teléfono y le animé a seguir saltando. Ojalá volviéramos los dos a vernos en la élite mundial...", dice Pedroso. Pero los tendones de Yago no están ya para eso.
Fuente: as.com
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