R. FRAGUAS - Madrid
La senda que desde el siglo XV unía Madrid con el cazadero comunal madrileño de El Pardo -conocida hoy como senda real- a través de la actual Ciudad Universitaria, y que quedó sepultada durante décadas por la expansión de la carretera de A Coruña, ha sido recobrada en su tramo de arranque gracias a los arquitectos Joaquín Lizasoaín, Pau Soler y Miguel Rodríguez.
De 2,85 metros de anchura media, la senda mide 2.700 metros de longitud, entre los aledaños del puente de los Franceses y la raqueta de Sinesio Delgado. Cuenta con fuentes, bancos y marquesinas, así como con 76 farolas más casi 10.000 arbustos y 775 árboles de nueva plantación. La vía está jalonada por decenas de plátanos tricentenarios.
El proyecto fue promovido -y peleado- por Ecologistas en Acción, que fue avisada a última hora y no pudo asistir a la inauguración. Su propuesta halló un primer eco en Patrimonio Nacional y en el Ministerio de Fomento, que construyó una pasarela. Luego fue impulsada por el Consorcio Ciudad Universitaria, formado por las universidades Complutense, Politécnica y UNED, así como por el Ayuntamiento, que aportó 2.2 millones de euros para su construcción. Así lo anunció Pilar Martínez, concejal de Urbanismo, que asistió a la inauguración con los rectores, Carlos Berzosa, Javier Uceda y Juan A. Gimeno, más el concejal de Moncloa, Álvaro Ballarín. Trincheras, raíles del tranvía a El Pardo y tapias del Sitio de La Florida surgieron durante las obras.
Fuente: el pais.com
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