Carmen Bermúdez García
En el ámbito que nos ocupa en esta página que es el de los temas de lo humano en general y del malestar y el sufrimiento en las personas que llegan a nuestras consultas nos encontramos hoy día con lo fácilmente que muchas personas necesitan adscribirse a algo que se refiere a su ser o el de sus seres cercanos amparándose incluso en diagnósticos graves que se manejan con liegereza en el lenguaje común transmitidos por los medios de comunicación, la escuela, el vecino (“soy anoréxica”, “su hijo es hiperactivo”, “tu lo que tienes es una depresión”, “mi marido es un maltratador”, etc)
El tema de los malos tratos es uno de los que tristemente salta a los titulares informativos con demasiada frecuencia hoy día. Que sea un tema del que se puede hablar y no haya quedado oculto en las cuatro paredes de cada casa ha permitido que se pueda legislar, denunciar y procurar ayudas para aquellos casos que lo requieran. Lo cual es muy loable.
Pero nos escontramos con algunas paradojas para las cuales la legislación no alcanza a dar respuesta. ¿Por qué hay un alto porcentaje de mujeres que se saltan las órdenes de alejamiento que el juez ha dictado contra sus parejas?, ¿por qué hay algunos de los agresores que se suicidan tras matar a la pareja e incluso a los hijos?
Ni se trataría de que cada desencuentro, discusión vehemente de una pareja acabara saldándose con este diagnóstico: “eres un maltratador”. Ni se trataría de que situaciones que son realmente un maltrato y que se llevan años perdonando, obviando, incluso ocultándose a los que podrían ayudar, sigan dándose.
La escucha de aquellos que sufren de esta situación, darles la palabra para que conozcan, con nuestra ayuda, cuáles son las motivaciones inconscientes que los mantienen en esa posición permitirá dar un giro a su vida.
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