Abadia, en cross
El campo a través es la insignia del atletismo para un fondista", resalta Toni Abadía, un enamorado de la especialidad, uno de los atletas de mayor proyección de este deporte en el país. Desde que en 2003, con 12 años, decidiera luchar de forma individual, "ya que el fútbol no me llenaba", Abadía mantiene un idilio muy especial con un terreno que le ha brindado momentos de gloria. El último, su presencia en el Campeonato del Mundo de cross que tendrá lugar el próximo sábado en la capital de Jordania, Ammán. "Es una experiencia que nunca olvidaré", asegura el atleta del Simply Scorpio, que parte mañana hacia el continente asiático.
Sus primeras zancadas de nivel le llevaron al podio nacional en 2005. Fue en Santiago de Compostela, en el Monte do Gozo. "Fue una carrera única. Aspiraba a entrar por primera vez en una prueba de cross en el 'top-ten', y logré mi primera medalla en categoría cadete. Fue una alegría inmensa. Entonces ya empezamos a pensar en tener méritos más importantes a nivel internacional. Ya soñaba con un Mundial", repasa el fondista zaragozano, de 18 años.
Hombre dotado de un físico envidiable -"por mi condición de obstaculista, tengo una musculación muy definida, con un tren inferior fuerte que me permite defenderme en casi todos los terrenos", detalla-, y de una simpatía y don de la palabra exquisitos, Abadía dio otro paso de gigante en el Campeonato de España juvenil de 2007. "Al título en Villanueva de la Serena le tengo un cariño muy especial, después de una temporada invernal grisácea, con un bajón físico. Ser oro en el cross no se puede comparar con nada". Fue después de un viaje que hizo en diciembre a China, para recoger a su hermana adoptada, Laura, la niña de sus ojos. Llevaba algo más de un año a las órdenes del histórico maratoniano José Luis Mareca, tras su explosión con Manuel Lahoz.
"Pepe me hizo una preparación mágica para el día D y la hora H", apostilla. Un año que remató con el título juvenil de 2.000 obstáculos y el quinto puesto en el Mundial de la categoría al aire libre.
Pero Toni, como buen aragonés, no rebla en su empeño. Esta campaña ha disfrutado de un estado de forma "magnífico": primero en Llodio, segundo en Atapuerca, oro en los 3.000 metros lisos del Nacional júnior de pista cubierta, octavo -y primer español- en el Europeo de cross júnior en Bruselas, plata en el Campeonato de España de clubes de la categoría en Cáceres... Aunque su perseverancia sobre el barro solo tenía un fin: la corona. En Albacete se quedó en un ay de subir al primer cajón del podio. Mario Mola, su compañero en la selección júnior junto con Aitor Fernández, Martín Ortiz y Jaime Villa, le arrebató el premio más deseado. "Un diez hubiera sido la perfección a la temporada", afirma. Su excelencia puede llegar en Ammán, en el campo de golf Al Bisharat, escenario de la competición.
"El patrimonio es de los africanos, pero me gustaría estar entre los europeos más destacados y ser el primer español, siempre con permiso de mis compañeros. Estoy en buena forma y la planificación ha sido perfecta para la cita", señala Abadía, que mañana parte desde Barcelona con el resto de la expedición española.
En la maleta, "mucha ilusión", y unos calcetines cosidos por su madre Juani -"aunque no estén rotos, siempre le pido que me dé unas puntadas", dice el supersticioso fondista- que, junto con su padre Antonio y su hermana Laura son sus más fervorosos seguidores.
Fuente heraldo.es
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