Miguel Ángel Sancho
MIGUEL ÁNGEL SANCHO, NÚMERO UNO DEL MUNDO JUNIOR, HA SALTADO 2,27 METROS CON 18 AÑOS.
MIGUEL ÁNGEL SANCHO, NÚMERO UNO DEL MUNDO JUNIOR, HA SALTADO 2,27 METROS CON 18 AÑOS.
· Tiene la cuarta mejor marca española de todos los tiempos siendo junior · Lleva sólo tres años en el atletismo · "Yo no sé hasta dónde puede llegar", dice su entrenador · Mide 1,80 pelados en un mundo de gigantes.
Por QUIQUE PEINADO
"A partir de que salté 2,20 quitaron las luces del pabellón y la calefacción. La gente pitaba, echaba la bronca... Y yo ahí, 'cegao', saltando. Sólo te digo que después de volver de San Sebastián he estado cuatro días con 39 de fiebre", nos cuenta por teléfono Miguel Ángel Sancho, un talento de los que salen de década en década. Tiene 18 años y tiene la cuarta mejor marca española de todos los tiempos en salto de altura, ese 2,27 que saltó en el Campeonato de España de su categoría hace apenas una semana. "Yo ya no sé hasta dónde puede llegar. Antes le ponía límites y me los ha tirado todos", dice su entrenador, José Peiró.
"En el Mundial junior me presentaron al lado de un ucraniano ¡que me sacaba cabeza y pico!"
Cuenta Sancho, un chaval simpático y espontáneo a más no poder, las anécdotas de quien siempre es el más 'enano' de cada competición. "En el Mundial junior nos presentan a todos, en fila, muy serio todo. Y yo que miro y veo que todos me sacan una cabeza... ¡Encima me pusieron al lado del más alto, un ucraniano que me sacaba cabeza y pico! Pero bueno, yo tenía la tercera mejor marca, y eso es lo que cuenta. No me asusto ante nadie", relata.
Carácter y tobillos
Hace tres años, Sancho no sabía nada del atletismo. "Jugaba al baloncesto, hacía mil mates: de espaldas, giro de 360 grados, tirándola a tablero de espaldas y machacándola... Del salto de altura sabía que alguna vez había visto a un tío saltando por encima de un palo, en los Juegos Olímpicos y eso", cuenta con cierto cachondeo. Así, hasta que con 15 años hicieron unas pruebas de salto de altura en su colegio. En un suelo de parquet que resbalaba, había que dar tres pasos y saltar. Hizo 1,75. Su profesora le aconsejó que se apuntara a atletismo.
Hace tres años, Sancho no sabía nada del atletismo. "Jugaba al baloncesto, hacía mil mates: de espaldas, giro de 360 grados, tirándola a tablero de espaldas y machacándola... Del salto de altura sabía que alguna vez había visto a un tío saltando por encima de un palo, en los Juegos Olímpicos y eso", cuenta con cierto cachondeo. Así, hasta que con 15 años hicieron unas pruebas de salto de altura en su colegio. En un suelo de parquet que resbalaba, había que dar tres pasos y saltar. Hizo 1,75. Su profesora le aconsejó que se apuntara a atletismo.
Le encantaba hacer mates en las canastas de basket, hasta que hicieron unas pruebas en su colegio...
"Es un prodigio. Tiene unos tobillos muy reactivos, únicos", lo define Peiró, que ya se ha quitado el hábito de ponerle etiquetas. "Al principio yo intentaba que en las competiciones tuviera unas rutinas de concentración, pero no va con él. Mientras el resto está centrado, él se va a saludar a sus amigos al triple salto, habla con todo el mundo... Es así", señala. Ese carácter competitivo, desdramatizador de la competición, le hacen un peligro para cualquier rival, porque no se asusta ante nada.
Una precocidad única
Estudiante de Psicología, es ahora mismo el número uno del mundo junior, el único de su edad entre los 20 primeros del ranking mundial. Tiene la cuarta mejor marca absoluta española de todos los tiempos, tras los 2,34 de Arturo Ortiz (que ya tienen 18 años), los 2,30 de Gustavo Adolfo Bécquer y los 2,28 de Javier Bermejo. Todos consiguieron esos registros con, al menos, 25 años. "La plenitud de un saltador viene con 26 ó 27 años", reconoce el entrenador Peiró.
Estudiante de Psicología, es ahora mismo el número uno del mundo junior, el único de su edad entre los 20 primeros del ranking mundial. Tiene la cuarta mejor marca absoluta española de todos los tiempos, tras los 2,34 de Arturo Ortiz (que ya tienen 18 años), los 2,30 de Gustavo Adolfo Bécquer y los 2,28 de Javier Bermejo. Todos consiguieron esos registros con, al menos, 25 años. "La plenitud de un saltador viene con 26 ó 27 años", reconoce el entrenador Peiró.
A su edad, Sotomayor, el mejor de la historia, saltaba 2,33. Y a Sancho le queda media temporada para mejorar...
Por eso, los números de Sancho hacen pensar. A su edad, el más grande de todos los tiempos, Javier Sotomayor, saltaba 2,33. A Sancho le queda toda la temporada al aire libre para mejorar su marca. Y es que su objetivo era llegar a 2,23 en pista cubierta esta temporada, y lo ha pulverizado...
Está claro que su físico es un hándicap, pero no es un caso único en la historia del atletismo. Ahora podemos disfrutar del sueco Stefan Holm, seis veces campeón del mundo y oro en los Juegos de Atenas'04, que mide 1,81. Un día de 2005, en Madrid, el sueco saltó 2,42. "A mí si me preguntan, digo que nunca saltaré 2,40. Pero si Holm los saltó...", dice Sancho. Ese día, si llega, cambiará para siempre la historia de nuestro atletismo para siempre.
Fuente: marca.com
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