Con este panorama, la propia federación autonómica de la disciplina ha sopesado disputar un campeonato gallego en Braga. Llevar a Portugal una cita autonómica como ya hace el motociclismo con el circuito de velocidad. También se pensó en la posibilidad de instalar una pista desmontable en las instalaciones de la Feira de Silleda. Incluso en contar con una pista itinerante de las mismas características. Todo como solución de emergencia.
«Es cierto que se pensó en Braga para celebrar un campeonato. Estamos muy agradecidos al Ayuntamiento de A Coruña, pero la pista es obsoleta, en eso coincidimos todo el atletismo gallego y estamos haciendo muchas gestiones para intentar solucionarlo. Está claro que Galicia necesita una pista cubierta», comenta Isidoro Hornillos, el presidente de la federación gallega.
Con todo esto no es de extrañar que tuviese más participación el campeonato gallego de veteranos que el absoluto. Palomanes no fue el único que desistió de competir en casa. Darío Vázquez, el cuatrocentista, se fue a un control a Valencia, y más de un céltico se marchó hasta Braga. Porque la localidad portuguesa se está convirtiendo en el segundo hogar de los atletas gallegos.
El Academia Postal ourensano lleva varios años viajando a Braga (que cuenta con una pista desmontable que permanece instalada desde octubre a febrero) y tomando parte en sus controles. Lo mismo se repite desde Vigo con el Celta, porque equipos como el Comesaña se han convertido en una reserva del fondo sin reparar demasiado en la competición invernal. «Aunque la pista cubierta puede considerarse una competición de segundo nivel, lo de Galicia es lamentable», manifiesta Joaquín Pérez.
Incluso desde el norte también se han dejado ver por Portugal. Lo ha hecho en alguna ocasión el Ría de Ferrol, aunque Oviedo es su punto de destino preferido. En la capital del Principado se han dejado caer. «Es la única manera de poder entrenar, porque en algunos casos los atletas llegan a los campeonatos corriendo dos ochocientos en pista y nada más», apunta el técnico ferrolano Marcelo Rodríguez.
Lugo se borra
En Lugo el panorama todavía es más desolador. «Aquí solo quedan lanzadores y fondistas», dice Carlos Melchor. La pista cubierta ha dejado de existir e incluso los clubes hacen una programación de pista invernal, aspecto que ha generado un conflicto con la delegación lucense de la disciplina. El único que se resiste a despedirse de la pista es Gustavo Platas, pero el triple campeón gallego tiene que afrontar más de un mitin sin haber tenido contacto alguno con el tartán bajo techo.
Fuente: la voz de galicia.es
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