Solo con echar un primer vistazo a la instantánea que acompaña estas líneas se puede sacar esta conclusión: “Organizamos este partido un poco de cachondeo”, narra Sebastián Carro. Él mismo fue en aquella ocasión, allá por el año 1978, el árbitro del encuentro. Su peculiar uniforme, casco y pistolera incluidos, y el enorme palo que le confiere el poder en el terreno de juego (es el hombre con casco que aparece agachado en primer plano) hacían presagiar que el partido iba a ser divertido. En el campo de fútbol de Los Escolapios se congregaron varios miembros de la Corporación municipal y empleados del Ayuntamiento. El objetivo: “Dar unas patadas y reírnos un rato”. Para provocar la carcajada entre los participantes y el público asistente Sebastián Carro no fue el único que acudió a la cita disfrazado. Juan Nieto (arriba, tercero por la izquierda), fotógrafo del Consistorio, ni corto ni perezoso se plantó allí en pijama. Aurelio Miranda, secretario de Alcaldía, por entonces, portaba una larga espada. El resto de miembros del equipo estaban ataviados con la equipación pertinente: camiseta, pantalón corto y deportivas. Entre los jugadores retratados se encuentran, por citar algunos, el cronista oficial de la villa, Manuel de la Peña (arriba en el centro), Miguel Escribano, Ángel Cervera, Javier Carrión o José Mingo. “Incluso teníamos juez de línea y asistentes”, recuerda Carro. Solo hace falta observar a los dos hombres trajeados que aparecen a la izquierda de la fotografía, toalla en mano, para darse cuenta de que la logística (agua, balón, etc.) estaba más que cubierta. Faltaban en la grada las animadoras. Los señores que aparecen al fondo de la instantánea, en la parte de la derecha, lo intentaban, al menos. Lo de vitorear... Del resultado del choque y del conjunto rival poco se sabe. “No lo recuerdo en estos momentos”, afirma Carro. De lo que sí se acuerda es de la enorme tarjeta roja que preparó para el encuentro y del silbato plateado que colgó de su cuello. También destaca la camiseta que llevaba: “La del Atlético Getafe”. Carro fue secretario de este club de atletismo que dio y da tantas alegrías al pueblo. Celebrar partidos amistosos entre colegas era habitual en los 80. Estos getafenses siempre encontraban alguna excusa para calzarse las botas: el Día del Padre, la llegada de las vacaciones veraniegas o de la Navidad… “Cualquier motivo era bueno para reunirnos y pasar un rato divertido”.
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