Derartu Tulu
Antonio J. García Sierra
A Derartu Tulu, además de superar el hambre y la pobreza, le tocó librar la guerra contra la discriminación para convertirse en la primera atleta de raza negra en ganar oro olímpico.
¿Héroes? ¿Ejemplos de superación? Posiblemente estos calificativos y otros más son válidos cuando hablamos de los atletas etíopes. En un país azotado por la extrema pobreza, las guerras civiles y la corrupción, el atletismo se ha convertido en luz de esperanza y orgullo nacional.
Los deportistas etíopes han alcanzado figuración en las competencias olímpicas y mundiales. El camino lo inició Abebe Bikila, que ganó la Maratón olímpica de Roma en 1960. Fue la primera vez que un atleta de color, desconocido y descalzo, ganaba esta competencia; cuatro años después repitió la hazaña en Tokio, convirtiéndose en el primer atleta en ganar dos veces seguidas la maratón olímpica.
Infortunadamente la tragedia rondó en los últimos años de su vida; un accidente automovilístico lo confinó a una silla de ruedas y pocos años después murió de un accidente cerebro-vascular.
A Derartu Tulu, además de superar el hambre y la pobreza, le tocó librar la guerra contra la discriminación de género para convertirse también en la primera atleta de raza negra en ganar medalla de oro en los Juegos Olímpicos (Barcelona 1992). Otro deportista que definitivamente se ha convertido en un personaje en su natal Etiopía y se ha ganado la admiración del mundo, logrando campeonatos desde hace 20 años, y actual campeón mundial de maratón, es Haile Gebrselassie, que impuso récord mundial de 2 horas, 03,59. Junto a su esposa lidera una Fundación para gestionar ayudas internacionales.
elpais.com.com
ENLACES:
A Derartu Tulu, además de superar el hambre y la pobreza, le tocó librar la guerra contra la discriminación para convertirse en la primera atleta de raza negra en ganar oro olímpico.
¿Héroes? ¿Ejemplos de superación? Posiblemente estos calificativos y otros más son válidos cuando hablamos de los atletas etíopes. En un país azotado por la extrema pobreza, las guerras civiles y la corrupción, el atletismo se ha convertido en luz de esperanza y orgullo nacional.
Los deportistas etíopes han alcanzado figuración en las competencias olímpicas y mundiales. El camino lo inició Abebe Bikila, que ganó la Maratón olímpica de Roma en 1960. Fue la primera vez que un atleta de color, desconocido y descalzo, ganaba esta competencia; cuatro años después repitió la hazaña en Tokio, convirtiéndose en el primer atleta en ganar dos veces seguidas la maratón olímpica.
Infortunadamente la tragedia rondó en los últimos años de su vida; un accidente automovilístico lo confinó a una silla de ruedas y pocos años después murió de un accidente cerebro-vascular.
A Derartu Tulu, además de superar el hambre y la pobreza, le tocó librar la guerra contra la discriminación de género para convertirse también en la primera atleta de raza negra en ganar medalla de oro en los Juegos Olímpicos (Barcelona 1992). Otro deportista que definitivamente se ha convertido en un personaje en su natal Etiopía y se ha ganado la admiración del mundo, logrando campeonatos desde hace 20 años, y actual campeón mundial de maratón, es Haile Gebrselassie, que impuso récord mundial de 2 horas, 03,59. Junto a su esposa lidera una Fundación para gestionar ayudas internacionales.
elpais.com.com
ENLACES:
No hay comentarios:
Publicar un comentario