Ángel Cruz
Estos sí que son Africanos de Europa, como se conoce desde años a los mejores fondistas españoles, por su gran calidad. O europeos de África, que tanto monta. La Selección que mañana defiende el título continental de cross en Bruselas basa su poderío en un hombre que llegó hace tres años desde Etiopía (Alemayehu Bezabeh) y en otro que lo hizo hace seis desde Marruecos (Ayad Lamdassem). Ambos aspiran a subir al podio. No entraron en España ni en patera ni en cayuco, sino en avión.
Bezabeh aterrizó en Madrid desde Addis Abeba, con visado turístico, pero con la intención de ganarse la vida como corredor. Durmió en la calle, fue acogido en un albergue de beneficencia (Asociación Karibu, barrio de Delicias), tomó contacto con un compatriota residente aquí (Fidaku Bekele) y con el representante Miguel Ángel Mostaza, y acabó entrenándose con Manuel Pascua Piqueras, uno de los técnicos españoles más prestigiosos. Fue nacionalizado el verano pasado, en vísperas de los Juegos de Pekín, y corrió allí los 5.000 metros: acabó el undécimo, primer corredor con pasaporte de un país europeo.
Ni él mismo sabe qué edad tiene. Por un análisis radiológico de la Comunidad de Madrid se supone que vino al mundo hace aproximadamente 22 años. El 1 de enero de 1986, que figura como dato oficial, es una mera formalidad.
Huida.
En cuanto a Lamdassem, llegó a Santiago desde Rabat en el invierno de 2002 para competir con Marruecos en un Mundial Universitario de cross, pero escapó por la ventana de la residencia del equipo magrebí la noche antes. Quería ganarse la vida corriendo en España, la meca de los fondistas africanos. Desapareció al principio, se le vio en Valencia y luego se aposentó en Lleida. Es español desde 2007 y también estuvo en Pekín, sin mucha fortuna: 24º en 10.000 metros.
Los dos llegan a Bruselas en gran forma. África manda, aunque los otros cuatro atletas de la Selección han nacido en España. Mayor invasión tiene Francia, que intentará arrebatarnos el título: de los seis miembros del equipo, cinco son de origen magrebí. La globalización.
Fuente: as.com
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