Alfonso García y Luis Mateo Díez, en la clausura del encuentro
Luis Salvador López Herrero
Gustavo Dessal
Luis Mateo Díez
La jornada «Cultura, medicina y psicoanálisis» reunió ayer en Caja España a catorce expertos
Luis Salvador López Herrero
Gustavo Dessal
Luis Mateo Díez
La jornada «Cultura, medicina y psicoanálisis» reunió ayer en Caja España a catorce expertos
Luis Salvador López criticó los libros «de autoayuda» y confió en el poder curativo de los clásicos
E. GANCEDO - LEÓN
Los puntos de conexión entre la literatura, la psicología y el método psicoanalítico se pusieron ayer sobre la mesa dentro de las primeras jornadas sobre Cultura, Medicina y Psicoanálisis, que tuvo lugar en el auditorio de la Obra Social de Caja España y que contó con la participación de unos catorce expertos, entre médicos, novelistas, poetas y divulgadores. Entre ellos, los escritores leoneses Antonio Colinas, Luis Mateo Díez, José María Merino, Luis Artigue, Alfonso García, Eloísa Otero, Antonio Martínez Llamas o Silvia Zayas.
Una de las conclusiones que pudieron extraerse de estas reuniones fue el poder salutífero y regenerador que tiene la palabra escrita o leída, pues, como expresó Colinas, «la literatura es terapéutica, es sana». El encargado de abrir el encuentro -organizado por el Círculo Psicoanalítico de León con el apoyo de Caja España y el Sacyl- fue José María Merino, quien recordó cómo el «inventar ficciones» es algo «característico de nuestra especie», algo que forma parte del «proceso simbólico por el cual el hombre ha intentado entender la realidad». Inventar «arquetipos» para entenderla -que han sido siempre los mismos, «el día que surja uno nuevo, ya no seremos homo sapiens», dijo Merino-; inventar «mitos» para «construirse» una visión del mundo clara y plena (lo mismo que persigue el psicoanálisis a nivel psíquico) es lo propio del hombre. Al escribir, al leer, la persona se va entendiendo mejor a sí misma.
La historia del alma humana De hecho, el coordinador del ciclo, Luis Salvador López Herrero, criticó duramente los libros «de autoayuda» («no sirven para nada», afirmó) y reivindicó el papel de los clásicos como sólido material constructor de la personalidad y la cultura humanas. Merino también comentó que la literatura «nos enseña lo que nos está pasando», la historia «de nuestro corazón, de nuestros comportamientos y pulsiones». De otra parte, el autor de Las puertas de lo posible lamentó que, dentro del sistema educativo español actual, sea «imposible aprender la asignatura de Literatura». «Se ha acabado con ella, mezclándola además con la de Lengua», añadió.
«Todo emite tramas, aunque éstas son limitadas. Lo que es infinito es el arte para combinarlas», dijo Merino, para quien el estilo literario es deudor de la «originalidad, la concisión y la armonía». Una mirada diferente o irónica, que sepa ver «lo extraño dentro de la aparente rutina de la realidad», es la propia del escritor.
Los creadores y científicos Hipólito G. Navarro, Gustavo Dessal, Jorge Alemán y Sergio Larriera también participaron en un congreso que tiene clara vocación de continuidad.
Fuente: diario de leon.es
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Los puntos de conexión entre la literatura, la psicología y el método psicoanalítico se pusieron ayer sobre la mesa dentro de las primeras jornadas sobre Cultura, Medicina y Psicoanálisis, que tuvo lugar en el auditorio de la Obra Social de Caja España y que contó con la participación de unos catorce expertos, entre médicos, novelistas, poetas y divulgadores. Entre ellos, los escritores leoneses Antonio Colinas, Luis Mateo Díez, José María Merino, Luis Artigue, Alfonso García, Eloísa Otero, Antonio Martínez Llamas o Silvia Zayas.
Una de las conclusiones que pudieron extraerse de estas reuniones fue el poder salutífero y regenerador que tiene la palabra escrita o leída, pues, como expresó Colinas, «la literatura es terapéutica, es sana». El encargado de abrir el encuentro -organizado por el Círculo Psicoanalítico de León con el apoyo de Caja España y el Sacyl- fue José María Merino, quien recordó cómo el «inventar ficciones» es algo «característico de nuestra especie», algo que forma parte del «proceso simbólico por el cual el hombre ha intentado entender la realidad». Inventar «arquetipos» para entenderla -que han sido siempre los mismos, «el día que surja uno nuevo, ya no seremos homo sapiens», dijo Merino-; inventar «mitos» para «construirse» una visión del mundo clara y plena (lo mismo que persigue el psicoanálisis a nivel psíquico) es lo propio del hombre. Al escribir, al leer, la persona se va entendiendo mejor a sí misma.
La historia del alma humana De hecho, el coordinador del ciclo, Luis Salvador López Herrero, criticó duramente los libros «de autoayuda» («no sirven para nada», afirmó) y reivindicó el papel de los clásicos como sólido material constructor de la personalidad y la cultura humanas. Merino también comentó que la literatura «nos enseña lo que nos está pasando», la historia «de nuestro corazón, de nuestros comportamientos y pulsiones». De otra parte, el autor de Las puertas de lo posible lamentó que, dentro del sistema educativo español actual, sea «imposible aprender la asignatura de Literatura». «Se ha acabado con ella, mezclándola además con la de Lengua», añadió.
«Todo emite tramas, aunque éstas son limitadas. Lo que es infinito es el arte para combinarlas», dijo Merino, para quien el estilo literario es deudor de la «originalidad, la concisión y la armonía». Una mirada diferente o irónica, que sepa ver «lo extraño dentro de la aparente rutina de la realidad», es la propia del escritor.
Los creadores y científicos Hipólito G. Navarro, Gustavo Dessal, Jorge Alemán y Sergio Larriera también participaron en un congreso que tiene clara vocación de continuidad.
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