jueves, 11 de diciembre de 2008

2456. Por un millón de dólares. El patrocinador del maratón es el jeque Mohammed bin Raschid Al Maktoum, primer ministro de EAU.

Haile Gebrselassie, corredor de Etiopía. GETTY IMAGES SPORT
 
 
Arturo Xicoténcatl

El maratón es un poliedro de expresiones. En la esfera de la élite se corre por la gloria, por la marca y por el dinero. En escenarios circundantes el maratón puede representar un desafío, reafirmación de seguridad y orgullo personal, placer o la búsqueda de la salud física y mental. En ese rostro multifacético el maratón proyecta su atractivo y popularidad.

Cada ciudad importante tiene su maratón con el significado especial de comunicar a la población un mensaje de alegría, una invitación con la idea de romper el sedentarismo que causa más muertes que las guerras. El maratón se ha popularizado universalmente. Acaso no exista otra actividad tan humilde y tan sana. Millares de hombres y mujeres de todas las clases sociales y rangos deportivos, ponen en juego su voluntad e inteligencia hacia la diversidad de esos objetivos.

La mayoría lo hace acorde al ritmo de la naturaleza. Con frío, calor, bajo los intensos rayos del sol, con lluvia, en la noche, bajo circunstancias de confort mental o en situaciones difíciles. El ejercicio es parte de su vida como el agua, el alimento o el sueño. Correr, han descubierto, es un placer y una forma superior de vida.

Hoy, como ayer otros hombres, funcionan como bujías en su difusión. El domingo en Melbourne una leyenda viva en las pruebas de aliento el etíope Haile Gebrselassie triunfó en 15 kilómetros con un crono de 42 minutos con 40 segundos. Hace tres años en Tilburg (04-09-2005) cronometró la mejor marca mundial: 41.22.

Las piernas de Gebre, de 35 años de edad y con 26 plusmarcas mundiales, revelan poder y constancia de forma tras su reciente y asombrosa actuación en Berlín, donde se convirtió en el primer hombre en cruzar el muro de las dos horas con cuatro minutos en los 42 mil 195 metros.

El esfuerzo llama la atención. El etíope está (hoy) a 44 días de apoderarse de un millón y cuarto de dólares. 250 mil por la victoria y el millón por la ruptura del récord mundial (2:03.59) cuando el pasado 28 de septiembre logró su tercera victoria en Berlín. El intento lo hará el próximo 16 de enero en Dubai, Emiratos Árabes Unidos.

Se trata ni qué decirlo de una de las competencias más ricas del mundo. Van a repartir un millón de dólares en premios en una bolsa en partes iguales en hombres y mujeres. El ganador recibirá 250 mil. El segundo 100 mil dólares, el tercero 50 mil. El décimo, diez mil dólares.

El patrocinador del certamen es el jeque Mohammed bin Raschid Al Maktoum, primer ministro de EAU.

El profesionalismo de Gebrselassie ensancha las perspectivas de un récord mundial. Este año señaló 2:04.56, lo que representó en su oportunidad la segunda mejor marca mundial de la historia.

En esa ocasión las liebres le fallaron. Corrieron a un ritmo demasiado rápido. Las liebres son los marcadores de paso, atletas que establecen una velocidad acorde al objetivo del campeón. En enero podrían ser el tanzanio Fabiano Joseph vencedor en Boston 2002 y el keniano Rodger Rop, quien ya ha triunfado en Nueva York.

Tiene las tres mejores marcas de la historia, 2:03.59, 2:04.26 y 2:04.56. En el escalafón le siguen cuatro kenianos: el célebre Paul Tergat 2:04.55, Sammy Korir, 2:04.56; Martin Lel, 2:05.15 y el campeón olímpico Samuel Wanjiru 2:05.24.

Con el fin de romper su récord mundial Haile Gebrselassie necesita correr a un promedio inferior a dos minutos con 59 segundos y seis décimas cada uno de los 42 kilómetros. Y ganaría casi 10 mil dólares por minuto. El más grande maratonista de todos los tiempos correrá en parciales negativos más rápida la segunda que la primera parte de maratón.

Fuente: exonline.com 
 
 
11 dic 2008

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