Mañana celebra su centésimo aniversario un científico que también es un sabio universalmente respetado por ambos conceptos. Claude Lévi-Strauss es un antropólogo francés, pero, por la profundidad y novedad de sus ideas, su obra trasciende ampliamente su disciplina y las fronteras de su país. El ensayo que le consagró Octavio Paz en 1968, El nuevo festín de Esopo, es un testimonio brillantísimo de ello.
Tuvo una influencia decisiva en la antropología, pero también en el pensamiento francés y, a través de este, en el de varios otros países. Contribuyó al surgimiento de una serie de filosofías que, a su vez, tuvieron y tienen efectos muy importantes en las ciencias sociales e indirectamente en la política. Por lo tanto, en nuestras vidas.
Efectivamente, Lévi-Strauss es una de las fuentes del pensamiento de Jacques Lacan, Louis Althusser, Michel Foucault y de una pléyade de filósofos, antropólogos y sociólogos en el mundo entero. Por sus proposiciones teóricas y, al criticar de un punto de vista inédito las tesis de René Descartes y Jean-Paul Sartre, contribuyó al surgimiento de esta generación. Esta, a su vez, elaboró lo que los universitarios estadunidenses llaman la "teoría francesa". Teoría y no filosofía, tal vez porque estiman que éstas obras se aparentan más a las ciencias humanas y sociales que a la filosofía. Es una idea discutible. Sin embargo, es cierto que los enfoques de esta generación que más se aproximan a las ciencias sociales -y que son, por otra parte, las tesis en las que la influencia de Lévi-Strauss está más marcada-, son las que más han hecho sentir sus efectos en la política y la vida cotidiana. Lo han logrado, enriqueciendo, por ejemplo, la teoría política, los estudios post coloniales y de género, la literatura y la psicología.
Personaje de una gran elegancia humana e intelectual, sumamente reservado, Claude Lévi-Strauss sólo ha intervenido en la arena pública, es decir, en el ámbito mediático político, sobre tres cuestiones que están estrechamente ligadas. La lucha contra el racismo, la defensa de los primeros pueblos y en particular de los núcleos indígenas en América latina y la diversidad biológica y, sobre todo, cultural. Intervino en estos combates con sus propios medios de intelectual y de científico. Pero en la medida en que este tipo de intervenciones puedan ser eficaces, las suyas lo son.
Incluso su obra científica propiamente dicha, contiene tesis de gran trascendencia social e histórica. Se esforzó por demostrar, que la de los primeros pueblos, es una cultura de gran inteligencia y refinamiento intelectual. Ha combatido la noción de "primitivismo", si se entiende este como una especie de infancia de la humanidad. Por eso refuta que el pensamiento mítico sea "mágico" y desprovisto de lógica. La gran tesis de Claude Lévi-Strauss, es que todo grupo social está regido por una serie de reglas estructuradas entre sí. Estas, no son conscientes, pero sí son lógicas y adecuadas a su entorno. Como nuestro pensamiento de "desarrollados", el pensamiento de los "primitivos" rechaza el principio de contradicción, es decir, no puede admitir que una cosa sea verdadera y falsa al mismo tiempo y del mismo punto de vista.
Después de haber elaborado, sobre estas bases, una teoría de los sistemas de parentesco, se consagró ante todo al análisis e interpretación de los mitos indígenas. Los describe como obras colectivas de interpretación del mundo, en los que un pensamiento riguroso pone en juego conceptos, sentimientos e imaginación para producir una interpretación coherente del mundo que es, al mismo tiempo, vehículo de emoción y creación estética.
Por lo que es, lo que representa, y lo que ha aportado -y me ha aportado- ¡Muy feliz cumpleaños, Claude Lévi-Strauss!
mehcbv@email.com
Fuente: oem.com
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Tuvo una influencia decisiva en la antropología, pero también en el pensamiento francés y, a través de este, en el de varios otros países. Contribuyó al surgimiento de una serie de filosofías que, a su vez, tuvieron y tienen efectos muy importantes en las ciencias sociales e indirectamente en la política. Por lo tanto, en nuestras vidas.
Efectivamente, Lévi-Strauss es una de las fuentes del pensamiento de Jacques Lacan, Louis Althusser, Michel Foucault y de una pléyade de filósofos, antropólogos y sociólogos en el mundo entero. Por sus proposiciones teóricas y, al criticar de un punto de vista inédito las tesis de René Descartes y Jean-Paul Sartre, contribuyó al surgimiento de esta generación. Esta, a su vez, elaboró lo que los universitarios estadunidenses llaman la "teoría francesa". Teoría y no filosofía, tal vez porque estiman que éstas obras se aparentan más a las ciencias humanas y sociales que a la filosofía. Es una idea discutible. Sin embargo, es cierto que los enfoques de esta generación que más se aproximan a las ciencias sociales -y que son, por otra parte, las tesis en las que la influencia de Lévi-Strauss está más marcada-, son las que más han hecho sentir sus efectos en la política y la vida cotidiana. Lo han logrado, enriqueciendo, por ejemplo, la teoría política, los estudios post coloniales y de género, la literatura y la psicología.
Personaje de una gran elegancia humana e intelectual, sumamente reservado, Claude Lévi-Strauss sólo ha intervenido en la arena pública, es decir, en el ámbito mediático político, sobre tres cuestiones que están estrechamente ligadas. La lucha contra el racismo, la defensa de los primeros pueblos y en particular de los núcleos indígenas en América latina y la diversidad biológica y, sobre todo, cultural. Intervino en estos combates con sus propios medios de intelectual y de científico. Pero en la medida en que este tipo de intervenciones puedan ser eficaces, las suyas lo son.
Incluso su obra científica propiamente dicha, contiene tesis de gran trascendencia social e histórica. Se esforzó por demostrar, que la de los primeros pueblos, es una cultura de gran inteligencia y refinamiento intelectual. Ha combatido la noción de "primitivismo", si se entiende este como una especie de infancia de la humanidad. Por eso refuta que el pensamiento mítico sea "mágico" y desprovisto de lógica. La gran tesis de Claude Lévi-Strauss, es que todo grupo social está regido por una serie de reglas estructuradas entre sí. Estas, no son conscientes, pero sí son lógicas y adecuadas a su entorno. Como nuestro pensamiento de "desarrollados", el pensamiento de los "primitivos" rechaza el principio de contradicción, es decir, no puede admitir que una cosa sea verdadera y falsa al mismo tiempo y del mismo punto de vista.
Después de haber elaborado, sobre estas bases, una teoría de los sistemas de parentesco, se consagró ante todo al análisis e interpretación de los mitos indígenas. Los describe como obras colectivas de interpretación del mundo, en los que un pensamiento riguroso pone en juego conceptos, sentimientos e imaginación para producir una interpretación coherente del mundo que es, al mismo tiempo, vehículo de emoción y creación estética.
Por lo que es, lo que representa, y lo que ha aportado -y me ha aportado- ¡Muy feliz cumpleaños, Claude Lévi-Strauss!
mehcbv@email.com
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El comentario de Gustavo Dessal: "La ciencia se desentiende de los efectos de sus hallazgos en la mente de las personas" me parece que pertenece a esas frases felices, sintéticas, un auténtico encuentro que tiene la virtud de situar perfectamente la cuestión.
ResponderEliminarGustavo dijo:
ResponderEliminarLos científicos "se desentienden por completo de las consecuencias que sus descubrimientos tienen en el plano mental de las personas, porque creen que las finalidades terapéuticas pueden justificar cualquier cosa y eso no lo debemos admitir". Es preciso "encontrar espacios de diálogo, entre científicos y psicoanalistas". Al mismo tiempo, "vivimos una cultura del 'cienciacionalismo'". Concluye que "se promete demasiado y se anuncian conquistas sin credibilidad".
Hablar de lo que nos preocupa, esa es la cuestión, creo.